Más de 550 estudiantes de educación primaria de la capital costarricense y las zonas de Sarapiquí, en el norte, y Guanacaste, en el noroeste, estudiarán a los murciélagos en el ciclo escolar que se iniciará en febrero. Un curso sobre estos mamíferos forma parte de la educación ambiental y biológica que reciben los escolares, por iniciativa del Museo Nacional, la Reserva Biológica La Tirimbina, el Parque Zoológico Simón Bolívar y el Área de Conservación Guanacaste.
El curso busca introducir políticas de conservación de un animal benéfico que se elimina por ignorancia, afirmó a Tierramérica la bióloga Karla Barquero, de la Reserva Biológica La Tirimbina.
Más de la mitad de los mamíferos costarricenses son murciélagos, de los que se cuentan 110 especies. Sus beneficios incluyen el control de plagas, la dispersión de semillas y la polinización de plantas y árboles valiosos como el marañón (Ocotea endresiana), importante en la dieta de las comunidades rurales.