Pequeñas esculturas de arcilla y silicona, que simulan fetos deformados dentro de frascos de vidrio, han causado impacto en Chile como una singular forma de denuncia de los efectos del empleo indiscriminado de plaguicidas. La muestra del artista Luis Verdejo se exhibe este mes en la sede del Consejo Ecológico de Melipilla, un municipio de 100 mil habitantes, con 40 por ciento de población rural, situado al oeste de Santiago.
En la inauguración habló Carolina Céspedes, trabajadora agrícola embarazada que estuvo expuesta a plaguicidas y cuya hija, Angelina, no tiene posibilidades de sobrevivir, pues carece de cerebro, según indican exámenes fetales. Céspedes llamó a legislar con rigor y a controlar el empleo de agroquímicos.
Los fetos esculpidos por Verdejo muestran hidrocefalia, falta de extremidades o de cerebro, espina bífida y otros efectos atribuidos a los plaguicidas.