Investigadores argentinos anunciaron el 20 de este mes que está disponible para su uso industrial un proceso para producir un plástico rápidamente biodegradable al enterrarse, mediante la bacteria Azotobacter chroococcum. Los descubridores, científicos del Área de Agroalimentos de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), buscaban desde hace diez años un sustituto del plástico que no contaminara el suelo al ser descartado.
Así hallaron que el microorganismo mencionado acumula poliéster como reserva (hasta 80 por ciento de su peso en apenas cuatro días) como reacción ante la falta de oxígeno o nitrógeno, por ejemplo cuando está bajo tierra.
La directora del equipo de la UBA, Silvia Miyazaki, explicó a Tierramérica que el material extraído de la bacteria se purifica calentándolo para transformarlo en plástico, inerte en contacto con el aire pero biodegradable en un mes si se entierra.