La mayor expedición científica sobre un río recorre en la actualidad el Danubio, para evaluar si puede volver al emblemático color que observó Johann Strauss.
La Investigación Conjunta del Danubio 2 ya pasó por Serbia desde Alemania, rumbo al imponente delta del río en Rumania.
Los resultados obtenidos por los 18 expertos de ocho países europeos que viajan a bordo tres barcos, cuya travesía comenzó en agosto en la ciudad alemana de Regensburgo y terminará a fines de este mes en Rumania, se sumarán al informe de la experiencia anterior, Investigación Conjunta del Danubio 1, de 2001.
Los científicos extraen miles muestras de agua y sedimentos de 95 puntos distintos para luego evaluar qué se puede hacer para limpiar el río y pueda volver a llamarse Danubio Azul, el nombre que le dio el compositor vienés Johann Strauss en el vals que compuso en 1867.
Aunque quizá sólo fue un nombre romántico.
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"Es difícil decir si alguna vez el Danubio fue azul", dijo a IPS el jefe del equipo Bela Czany, de Hungría. "Es más bien gris o marrón y en algunas confluencias como aquí en Belgrado, con el río Sava, pueden verse los dos cursos de agua mezclados".
El Danubio tiene múltiples problemas. Además de la contaminación orgánica y microbiológica, el agua tiene metales pesados, petróleo de los barcos, pesticidas y unos 250 productos químicos.
Con sus 2.888 kilómetros, el Danubio es el segundo río más largo de Europa, después del Volga, en Rusia.
Esa vía navegable nace en la Selva Negra alemana y recorre Austria, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Hungría, Moldova, República Checa, Rumania, Serbia y Ucrania. En la cuenca del río viven 81 millones de personas.
Pero otras cinco naciones (Bosnia-Herzegovina, Eslovenia, Georgia, República Checa y Turquía) que no tienen acceso directo al río, lo alcanzan a través de otras vías fluviales o del mar Negro.
La investigación se propone brindar datos comparativos a todas las naciones de la cuenca para disminuir los niveles de contaminación.
Los gobiernos involucrados prometieron acatar la Directiva Marco de Agua, de la Unión Europea (UE), tendente a reducir la contaminación para 2015.
Los especialistas consideran esa norma como la más sólida del mundo. Siete de los países de la cuenca del Danubio son miembros de la UE: Alemania, Austria, Bulgaria, Eslovaquia, Hungría, República Checa y Rumania y otros esperan serlo pronto.
"Todas las naciones ahora trabajan juntas", dijo a IPS Phillip Weller de la Comisión Internacional para la Protección del Río Danubio, con sede en Viena.
"El Danubio es el río más internacional del mundo, une diversas áreas, los Alpes, la gran llanura húngara, el delta del río y el mar Negro. También conecta diversas culturas y personas", apuntó.
"La gente de la región toma conciencia de cuán importante es administrar y mejorar la calidad del agua del río, ya sea para pescar, para el uso cotidiano o nada más que para nadar. Sobre todo esto pasa entre los jóvenes, que son los más interesados en proteger el Danubio", añadió.
Por su parte, el jefe del Directorio de Aguas serbio, Nikola Marjanovic, señaló que la comparación de las investigaciones de 2001 y 2007 marcará el curso que deban seguir las naciones de la cuenca.
"La investigación de 2001 nos dio una mezcla de resultados positivos y negativos", dijo Marjanovic a IPS.
"Entre los aspectos positivos está la gran biodiversidad y las especies raras encontradas", indicó.
"Entre los negativos, lo importante es la significativa conciencia que se generó entre la población que vive a lo largo del Danubio, para la cual es vital que el río vuelva a ser lo más saludable posible", añadió.
La situación no es igual en todas partes.
"Hay distintos problemas a lo largo del río que no conoce fronteras y representa su propio mundo", señaló Csany.
"En la zona alta, desde Alemania hasta Budapest, notamos cambios hidromorfológicos (cambios de relieve relacionados con el agua), pero desde la capital húngara río abajo hay un cambio radical en la mala dirección, cuando interviene la contaminación", explicó.
Eso se debe en gran parte a la enorme cantidad de contaminación orgánica de Budapest, de 2,1 millones de habitantes, y río abajo, de Belgrado, con dos millones de personas.
Budapest pretende instalar una nueva planta de procesamiento de aguas servidas sobre el Danubio para 2010. Belgrado no tiene instalaciones de ese tipo.
Serbia quedó exonerada de adoptar medidas vinculadas al Danubio en los años 90 porque se encontraba bajo estrictas sanciones internacionales. Entre ellas, la prohibición de transportar bienes por el río que rige para otros países.
El trayecto de 600 kilómetros a lo largo de Serbia estuvo interrumpido durante años tras el bombardeo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de 1999. Muchos puentes quedaron destruidos y sus restos recién terminaron de removerse en 2003.
"Pero todo eso quedó en el pasado", aseguró Czany.
"Estamos encantados de que tanta gente, en los 10 puertos por los que pasamos, sepa de qué se trata la expedición. Gente sencilla está muy al tanto de la contaminación del Danubio. Estoy feliz de verla tan interesada y de responder a sus preguntas", añadió.
"Para muchas personas, el río es simplemente su hogar, sin importar el país en el que viven", concluyó.
* Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales).