Más de 370 detenidos, un senador agredido por la represión y 11 policías heridos fue el saldo primario de la movilización convocada por la principal central obrera de Chile para exigir cambios en las políticas laborales y sociales del gobierno de la socialista Michelle Bachelet.
En la larga jornada de protesta, que continuaba en algunos puntos de Santiago hasta la entrega de este reporte, participaron los sindicatos afiliados a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), trabajadores de la educación y de la salud, estudiantes universitarios y secundarios, jubilados y miembros de organizaciones políticas y sociales contrarias al modelo económico imperante.
Además de mejores salarios y condiciones de trabajo, la CUT exige cambios de algunas iniciativas emblemáticas de la actual administración, como son el proyecto de ley general de educación y las reformas al sistema electoral y el régimen de pensiones, que justo este miércoles se aprobó en la Cámara de Diputados, pasando a su segundo trámite en el Senado.
A las 10:20 hora local, carabineros (policía uniformada) ya informaba de 54 detenidos. Dos horas después la cifra de apresados había subido a 87.
Las últimas informaciones de las autoridades indicaban 372 personas privadas de libertad, 315 por desórdenes en la vía pública, 55 por usurpación de inmueble, uno por porte ilegal de arma y el restante por atentado contra los vehículos.
También se informó de un camarógrafo y un fotógrafo herido, además del poeta Raúl Zurita, premio nacional de literatura, quien también participaba en la movilización.
En vista del gran número de detenidos, el presidente de la CUT, Arturo Martínez, militante socialista al igual que Bachelet, interpuso un recurso de amparo de garantía con el objetivo de que un juez se constituya en los lugares de detención y gestione la libertad de las personas aprehendidas.
Los dirigentes de la CUT y otros participantes en la jornada criticaron duramente la excesiva represión de carabineros, quienes tenían la orden de la alcaldía de la región metropolitana de evitar marchas por la Alameda, la principal avenida de Santiago. El propósito era impedir que la manifestación se acercara al Palacio de la Moneda, sede del gobierno de Chile.
Utilizando carros lanzaban agua y gases lacrimógenos, las fuerzas policiales repelieron una y otra vez a los grupos que bloqueaban la calle, quienes se disolvían y se reagrupaban sucesivamente. La organización sindical rechazó la propuesta hecha días antes por la alcaldía respecto de marchar por calles paralelas a la Alameda.
Los manifestantes se reunieron, como estaba previsto, antes de las 10:00 hora local en cuatro puntos estratégicos de la capital chilena y luego trataron de avanzar hacia la sede del Poder Ejecutivo. En el interior del país, las acciones de protesta se realizaron con mayor calma, aunque en algunas ciudades también hubo detenidos. Uno de los hechos más graves ocurrió cerca del mediodía, cuando parlamentarios del co-gobernante Partido Socialista (PS), al cual pertenece Bachelet, acudieron a una de las concentraciones apostadas en la emblemática Plaza Italia para apoyar la movilización y negociar con la policía una marcha por la Alameda.
En ese marco, el senador del PS, Alejandro Navarro, fue agredido en la cabeza por un carabinero con un bastón retráctil, siendo trasladado a un centro de salud cercano con una herida sangrante. Una grabación de Canal 13 de televisión muestra claramente cómo es golpeado por el funcionario policial en medio de la multitud. "Fue un golpe por la espalda. Yo pensé que era un caballo (utilizados por algunos policías), pero los dirigentes de la CUT me dijeron que era un carabinero. Yo lo lamento mucho", declaró Navarro minutos después del incidente.
El parlamentario señaló que "fue un error no permitir la marcha por la Alameda" y agregó que "mi gobierno no le puede temer a los trabajadores".
Una vez recuperado, Navarro presentó una querella por lesiones y conversó con el jefe de la zona metropolitana oeste de carabineros, Patricio Reyes, quien le pidió disculpas en nombre de la institución y le aseguró que se realizarán todas las investigaciones correspondientes.
Mientras se desarrollaba la jornada de movilización, el gobierno siguió con sus actividades normales y anunció noticias que ponían en entredicho la protesta.
A primera hora, la presidenta Bachelet promulgó una ley que incrementa las remuneraciones de los funcionarios de la gubernamental Junta Nacional de Jardines Infantiles.
"En democracia y en mi gobierno, los trabajadores podrán siempre expresar pacíficamente sus demandas y defender sus derechos" con ciertos límites, dijo la mandataria en su discurso.
"Quiero que todos lo entiendan muy bien: se requiere de diálogo y no de presiones, de acuerdos y no de violencia, porque la democracia no necesita desorden ni violencia, hay espacio en la democracia para expresarse pacíficamente, así es que cuidemos lo que tenemos", acotó.
Bachelet considera injustificada la movilización de la CUT, ya que, asegura, el objetivo de su gobierno es precisamente establecer un sistema amplio de protección social, desde la cuna a la vejez.
Más tarde, recibió en audiencia al director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el chileno Juan Somavía, participante en un seminario en Santiago, quien dijo que la protesta de este miércoles es una "llamada de atención" para la sociedad, aunque agregó que "las cosas no se resuelven de un día a otro".
Este miércoles también se desarrolló la primera sesión de los 48 integrantes del consejo asesor presidencial sobre equidad social, conformado por Bachelet para tratar asuntos de interés de los trabajadores como salarios, negociación colectiva, seguro de cesantía, entre otros aspectos.
Asimismo, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que el índice de desempleo correspondiente al trimestre mayo-julio disminuyó en 1,8 puntos porcentuales respecto de igual lapso de 2006, ubicándose en siete por ciento, la tasa más baja desde 1998. En términos absolutos se crearon 199.390 puestos de trabajo en un año.
En la protesta se sumaron un sinfín de demandas. Mientras algunos manifestantes pedían a gritos la libertad a los presos políticos mapuches, otros portaban pancartas con frases como "Álzate contra las alzas", en referencia a los mayores costos por concepto de electricidad y productos alimenticios como pan y verduras registrados en las últimas semanas.
El presidente del opositor y ultraderechista partido Unión Demócrata Independiente (UDI), Hernán Larraín, justificó la movilización arguyendo que expresaban el descontento generalizado de la población por las malas políticas implementadas por los gobiernos de la coalición de centroizquierda que gobierna Chile desde 1990.
Además del PS, la Concertación por la Democracia está integrada por los partidos Demócrata Cristiano, Por la Democracia y Radical Socialdemócrata.
El secretario general de Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, de visita en el país, respaldó el martes la protesta y justificó el apoyo dado a ésta por el PS, colectividad en la que milita. "Los partidos de izquierda son de lucha y de gobierno, no pueden perder nunca esas dualidades", dijo.
Pero algunos analistas ven incongruencia en la actitud del PS y la bancada de diputados del PPD que defendieron la movilización.
La jornada, enmarcada en el lema "¡No al neoliberalismo! A conquistar un Estado social, democrático y solidario", fue convocada por la central sindical hace más de un mes, luego de que se cortaran las relaciones con el gobierno debido a divergencias en torno al monto del salario mínimo.