Los cancilleres de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) se proponen defender los derechos de los trabajadores inmigrantes, así como asistir a compatriotas en terceros países.
Los representantes de las 10 naciones que integran la Asean, que este mes cumple 40 años, acordaron crear un comité de promoción y protección de los derechos laborales de los inmigrantes, en cumplimiento del compromiso adoptado en la declaración de enero por los líderes del bloque.
La decisión fue adoptada en la reunión de ministro de Relaciones Exteriores de Birmania, Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam, realizada del lunes al miércoles en Manila.
El canciller de Filipinas, Alberto Romulo, indicó que los dos documentos aprobados en esta ocasión son un "significativo salto hacia adelante".
Pero el comité encargado de implementar la declaración no es independiente y seguirá con la política de la Asean de no interferir en asuntos internos de sus miembros, según Ellene Sana, del Centro de Defensa de Inmigrantes, con sede en Filipinas.
"De todas maneras consideramos positivo el anuncio", indicó Sana.
El comité que se formará con representantes de cada país y de la secretaría de la Asean deberá crear un instrumento regional que proteja y promueva los derechos de los trabajadores inmigrantes en la región.
La declaración de enero propone una serie de obligaciones para que los estados que reciben trabajadores extranjeros los protejan debidamente.
Pero los requisitos quedan sujetos a la legislación de cada país, que son los responsables de resolver la situación de los inmigrantes que no tienen los permisos en regla por causas que les son ajenas, reza uno de los documentos.
Pero eso no debe interpretarse como que los estados tienen la obligación de regularizar la situación de los inmigrantes indocumentados, subrayaron los líderes del bloque.
Los países deberán implementar políticas tendentes a eliminar la negligencia mediante contratos legales y la regularización de agencias de recursos humanos.
También los estados expulsores deberán promover alternativas adecuadas para que los trabajadores no emigren.
Por su parte, los países receptores deberán fomentar la protección de puestos de trabajo, el pago de salarios dignos así como condiciones laborales y de vida decentes para los inmigrantes.
Además, deberán brindar asistencia legal a los inmigrantes víctimas de discriminación y abusos.
Malasia, Singapur y Tailandia son los que reciben la mayor cantidad de trabajadores extranjeros en la región, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Los inmigrantes representan más de 28 por ciento de la fuerza laboral de Singapur y 12 por ciento de la de Malasia. En tanto, Filipinas es el mayor expulsor de nacionales del bloque.
Las remesas de dinero enviadas por los inmigrantes en 2003 representaron 8,6 por ciento del producto interno bruto de Filipinas, 4,7 por ciento del de Indonesia y 1,8 por ciento del de Tailandia, según la OIT.
En ese marco, las violaciones de derechos humanos de los trabajadores inmigrantes genera controversias entre las naciones de la Asean.
Trabajadores birmanos y hmong, un grupo étnico de Laos, sufren tratos inhumanos en centros de detención de Tailandia y peligrosas condiciones laborales y de vida. Algunos de ellos, incluso, fueron deportados, según la organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional, con sede en Londres.
En el marco de la ley de inmigración de Malasia, los inmigrantes no tienen derecho a un juicio justo, son condenados a prisión y a ser azotados, según Amnistía.
Los cancilleres firmaron otro acuerdo que formaliza una práctica ya existente entre las naciones de la Asean para asistir a sus ciudadanos en situaciones de emergencia en terceros países.
El acuerdo tiene antecedentes.
Tailandia recurrió a la embajada de Filipinas en Beirut para repatriar a sus ciudadanos en 2006, cuando estalló el conflicto entre Israel y el libanés Partido de Dios (Hezbolá), chiita y prosirio.
"Tomamos medidas para proteger a nuestros ciudadanos dentro y fuera de la región", declaró Romulo, el canciller filipino.
"La gente sólo puede estar agradecida de esta demostración de los profundos y sólidos lazos humanitarios que nos unen y por la visión de las medidas adoptadas", remarcó.
Organizaciones no gubernamentales aplaudieron la firma de los dos documentos, pero siguen presionando por declaraciones más concretas a favor de los derechos de los trabajadores inmigrantes.
También abogan por una carta de la Asean que propicie la creación de un cuerpo regional de derechos humanos, indicó Sana, del Centro de Defensa de Inmigrantes.
Los cancilleres se comprometieron a encomendar al grupo de especialistas de alto nivel, que redacta el borrador de estatutos, la inclusión de un órgano de derechos humanos.
Los ministros esperan alcanzar un consenso acerca de la carta en la próxima cumbre del bloque que se realizará en noviembre en Singapur.