«Nuestro propósito es asegurarnos de que no se repita la violencia étnica del 12 de mayo», señaló el ex juez pakistaní Nasir Aslam Zahid, al referirse a la Comisión de Mujeres para la Paz que él integra sin importar su género.
Los enfrentamientos de aquel día dejaron 45 muertos y más de 150 heridos. Ese día, el presidente de la Corte Suprema de Justicia llegaba a esta ciudad para dirigirse a una convención de abogados de la meridional provincia de Sindh.
El Foro de Mujeres para la Acción creó la Comisión el martes, en ocasión del 60 aniversario de la independencia de Pakistán, con el objetivo de de contrarrestar la violencia étnica que golpeó en mayo a esta ciudad, la capital de Sindh.
En la Comisión participan médicos, figuras de la sociedad civil, abogados, periodistas y simples ciudadanos.
"Creo que la clase media urbana de Karachi tiene mucha fuerza y, junto con la sociedad civil, podemos demostrar que siempre debe recurrirse al diálogo como alternativa a la violencia", señaló el experto en desarrollo y miembro de la Comisión Tasneem Siddiqui.
La Comisión promueve la tolerancia bajo la consigna "Puramn Karachi" (Karachi pacífica). "Cuando afloran las diferencias, debe fomentarse la tolerancia por la diversidad de opiniones e identidades", reza su declaración constitutiva.
"Intolerancia, odio y extremismo se apoderaron de la ciudad y debilitaron a la sociedad civil y a las instituciones políticas, democráticas y estatales. Si no afrontamos el problema, las elecciones, que son solo un paso hacia la democracia, le restarán sentido al imperio de la ley, los derechos y deberes hacia el Estado y sus ciudadanos", prosigue.
"Tenemos miedo de que, si no actuamos de inmediato, la violencia se reproduzca y se vuelva difícil de contener a medida que se acercan las elecciones", señalaron Siddiqui y Zahid.
"El único punto de nuestra agenda revela nuestra postura: la paz", explicó Kausar S. Khan, otra integrante de la comisión. "La paz es nuestro objetivo y nuestra estrategia."
"La paz es hoy el criterio fundamental para toda evaluación. Eso no significa que la tarea sea fácil, pero confiamos en que el esfuerzo por mantenerla aliente una mayor reflexión y ayude a guiar la conducta de la gente, en especial en medio de relaciones de poder tendenciosas", añadió.
"Queremos retroceder al tiempo en que ésta era una ciudad dinámica, vivaz y multicultural", señaló Siddiqui, quien recordó que, desde hace 20 años, Karachi padece episodios de violencia intermitentes, apuntó.
"Karachi es muy propensa a la violencia y a las huelgas. Las pérdidas son irreparables. Cuando hay una huelga, los más perjudicados son los jornaleros. Si dejan de trabajar dos días, al tercero ya no tienen comida para sus hijos", remarcó Siddiqui.
"Karachi es de todos y todo el mundo tiene derecho a vivir en ella", subrayó Zahid. El ex juez se refería a los acontecimientos del 12 de mayo, cuando el Movimiento Muttahida Qaumi, gobernante en la provincia, declaró que la ciudad era propiedad de los "mohajirs" y que nadie más tenía derecho a manifestarse.
Los mohajirs son colonos de habla urdu que huyeron a Karachi desde el norte de India luego de la división de las antiguas colonias británicas de Asia meridional por motivos religiosos, tras la independencia en 1947.
Con dos hombres destacados como Zahid y Tasneem Siddiqui entre sus miembros fundadores, ¿por qué se la denomina Comisión de Mujeres por la Paz?
"Las mujeres no somos propensas a la violencia armada, estamos menos involucradas en luchas de poder y sufrimos más cuando muere un familiar", explicó Nasreen Siddiqui, representante de la comisión.
El impacto de la violencia sobre las mujeres y los menores son múltiples, consideró Siddiqui, para quien a ellas se las escucha más y se les da más crédito cuando se trata de negociar la paz, e incluso cuando hay que negociar con agresores.
"Hay muchas organizaciones no gubernamentales de derechos humanos similares, pero ninguna trabaja en forma directa y dedicada a promover la paz", afirmó Nasreen Siddiqui.
El Estado ha sido demandado por el trato infligido a abogados, jueces, litigantes y otros funcionarios de la Corte Suprema de Justicia que trataron de ingresar a sus puestos de trabajo el 12 de mayo.
El tribunal ya inició un proceso por desacato al presidente de la Corte Suprema de Sindh.
En primer lugar, la Comisión pretende iniciar un diálogo con varios partidos políticos para definir un proceso democrático e incluir la paz en su manifiesto y asegurar que sus trabajadores no porten ni usen armas.
"Aunque no dialogaremos sólo con partidos políticos, sino también con otros grupos de la ciudad, que esa agrupación considera peligrosos para la misma", añadió Khan.
"Tenemos que erradicar las armas de Karachi", subrayó la ex jueza Majida Razvi, también integrante de la Comisión, al mencionar el armamento sofisticado que blandían varios jóvenes durante el último estallido de violencia en esta zona.