La persistente sequía que azota a gran parte de los campos cubanos ha obligado a campesinos y ganaderos a buscar alternativas para que sobrevivan sus animales, gravemente afectados por la escasez de agua y de pastos adecuados. En la central provincia de Ciego de Avila aumentó el uso de residuos azucareros y frutales (toronja y naranja) para alimentación de animales.
En oriental provincia de Las Tunas, la disminución de reservas de agua llevó a la construcción de 146 pozos y la instalación de 38 molinos de viento para abastecer al sediento ganado.
Datos oficiales a los que accedió Tierramérica indican que en el este del país se han agotado tres mil 400 fuentes de abasto de agua para el ganado, de las cuales tres mil 368 se encuentran desde la central provincia de Camagüey hasta la de Guantánamo, ubicada en el extremo oriental de la isla.