El supergasoducto que se prevé construir «desde el Caribe hasta la Patagonia» puede tener efectos desastrosos, según Roberto Smeraldi, coordinador de Amigos de la Tierra-Amazonia Brasileña. Disputa de tierras, expulsión de habitantes, cruce de tierras indígenas o de preservación ambiental, violencia y deforestación, son sus posibles consecuencias, exigiendo largas audiencias públicas para evaluar impactos a escala local, regional y continental, en «un proceso nunca visto», dijo Smeraldi a Tierramérica.
La construcción del gasoducto, de unos ocho mil kilómetros y 17 mil millones de dólares, fue acordada por los presidentes de Argentina, Brasil y Venezuela en la cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur) que se celebró del 6 al 9 de diciembre en Montevideo.
De concretarse, «tendrá un impacto terrible», afirmó Elisángela Paim, del Foro Brasileño de Organizaciones No Gubernamentales y Movimientos Sociales y participante de una red que acompaña megaproyectos en la región.