Un cóctel de agrotóxicos cada vez más utilizado en la siembra directa de la soja está diezmando las colmenas de abejas en el extremo sur de Brasil. En los últimos cuatro años se registraron por lo menos 20 casos en siete municipios del estado de Rio Grande do Sul.
«Es cada vez más frecuente el despoblamiento de colmenas de apicultores que producen cerca de los cultivos. Para reducir el costo de la fumigación, los cultivadores de soja aplican el insecticida fipronil, letal para las abejas, mezclado con el desecante glifosato», explicó a Tierramérica Aroni Sattler, presidente de la Federación Apícola del estado, que produce unas siete mil toneladas anuales de miel.
Se calcula que los agrotóxicos reducen hasta 20 por ciento la productividad de las colmenas.