La ciudad de Buenos Aires cuenta desde este mes con dos estaciones de control de la calidad del aire que permitirán conocer por primera vez el grado de contaminación de la capital argentina, y diseñar políticas contra el efecto invernadero.
La unidad de Parque Centenario, inaugurada a fines de agosto en el centro de la capital, fue el segundo eslabón de una cadena que comenzó con la instalación de una base en el barrio residencial de Palermo, en la zona norte. En los próximos meses se colocarán otras dos en La Boca y en Barracas, sur de la ciudad.
El propósito es evaluar la calidad del aire en cuatro zonas a fin de tener «un panorama completo sobre las principales fuentes de contaminación, y promover políticas preventivas del cambio climático», dijo a Tierramérica el director de Control de Calidad Ambiental del gobierno, Diego Martínez.
En Buenos Aires, emplazada en una llanura barrida por vientos, residen unos 12 millones de personas y circulan 3,5 millones de vehículos.
