Con el fin de recuperar la iniciativa política perdida tras los últimos reveses electorales, el oficialismo de Argentina adelantó la designación de la senadora Cristina Fernández de Kirchner como candidata a presidenta para octubre.
La socióloga y encuestadora Graciela Romer explicó a IPS que el repentino adelantamiento de la definición responde a diversos factores que rodean al gobierno del presidente Néstor Kirchner, esposo de la candidata a sucederlo.
"El gobierno viene sufriendo una serie de embates electorales y comienza a instalarse un clima de quiebre del mito de la invencibilidad de Kirchner", sintetizó Romer.
El encuestador Roberto Bacman, del Centro de Estudios de Opinión Pública, coincidió en que Kirchner necesita recuperar iniciativa política tras las victorias en junio del opositor centroderechista Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires y de la centroizquierdista Fabiana Ríos en la austral provincia de Tierra del Fuego.
Pero, además, Bacman señaló que el gobierno procura neutralizar otros problemas que afligen a la población: la crisis energética, la inflación, denuncias de corrupción no esclarecidas y un estilo de gestión que rechaza de plano la crítica y es reacio al diálogo.
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Según diversas encuestas, Fernández de Kirchner es la segunda figura política con mayor intención de voto a en las elecciones presidenciales después del propio Kirchner.
Fernández de Kirchner tiene una imagen positiva para 60 por ciento de los encuestados, según Bacman, y su intención de voto para las elecciones del 28 de octubre supera 46 por ciento, 10 puntos porcentuales por debajo de la que concitaría la reelección de su marido.
Detrás de ellos, lejos, se ubican el ex ministro de Economía de Kirchner Roberto Lavagna, la ex legisladora centroizquierdista Elisa Carrió, el ex ministro de Economía Ricardo López Murphy —aliado de Macri, el alcalde porteño—, y el ex presidente Carlos Menem.
Aunque las cifras varían según las encuestadoras, Lavagna y Carrió tienen la intención de voto de alrededor de 15 por ciento de los entrevistados, en los sondeos en que figuran con más opciones, en tanto López Murphy y Menem obtienen, en el mejor de los casos, alrededor de seis por ciento.
En diálogo con IPS, la socióloga Cecilia Lipszyc, presidenta de la Asociación de Especialistas Universitarias en Estudios sobre la Mujer, también observó que el oficialismo "viene muy golpeado" y necesita una alternativa.
A pesar de que sigue primero en las encuestas "el poder desgasta y (el presidente) Kirchner lo sabe", advirtió.
Kirchner advierte desde hace varios meses sobre la posibilidad de que su esposa —valorada en los estudios de opinión pública por su formación, su capacidad de trabajo, su carácter y su experiencia— represente al oficialismo en los comicios de octubre, aun cuando el presidente estaba habilitado para postularse a la reelección.
"Quizás vuelva como presidente o como primera dama", bromeó Kirchner hace pocas semanas, en una visita a la provincia de San Juan.
La idea era definir la candidatura presidencial del oficialismo en las próximas semanas. Pero la difusión de la noticia se adelantó al domingo.
El diario Clarín informó que la senadora se lanzará el 19 de julio en un acto público y horas después el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, confirmó la versión a agencias nacionales de noticias.
Este lunes, el jefe de Gabinete remarcó que la idea es "renovar" el proyecto del oficialismo, "avanzar y profundizar el cambio. Ella puede poner una impronta para institucionalizar las reformas hechas en estos cuatro años y mejorar la calidad del funcionamiento de la república, un área donde aún hay cosas pendientes", subrayó.
"Es la persona en la que más confía Kirchner, la única que se atreve a criticarlo y la única a la que él escucha", aseguró este lunes la periodista Olga Wornat, autora del libro "Reina Cristina", una biografía de la primera dama en la que la define como una mujer "indomable, inteligente, polémica, transgresora y ambiciosa".
Para Lipszyc, en la decisión de los Kirchner pesó mucho un factor de cultura política. "En el Partido Justicialista las mujeres de los presidentes tienen un papel muy activo", dijo.
En ese sentido, recordó a Eva Duarte, esposa del tres veces presidente Juan Perón, y a María Estela Martínez, más conocida como Isabel, última esposa del caudillo, quien lo reemplazó en la presidencia cuando murió el 1 de julio de 1974.
También influyó en su lanzamiento el avance de las mujeres en el escenario político, más allá de razones coyunturales.
"No es una cuestión de lucha por la igualdad, pero sí se ve que la candidatura de Cristina es parte de una tendencia mundial creciente, en la que las mujeres ocupan roles importantes en el mundo político", indicó Lipszyc.
La socióloga señaló que la diferencia entre Isabel Martínez y Fernández de Kirchner es "sideral".
El gobierno de "Isabelita", tras la muerte de su marido, se derrumbó presa de acusaciones de corrupción, enfrentamientos armados entre facciones rivales del peronismo y una severa crisis económica.
El entonces ministro José López Rega, quien ejercía una inusual influencia sobre la presidenta, fue siempre señalado como inspirador del escuadrón de la muerte de ultraderecha Alianza Anticomunista Argentina (Triple A).
Fernández de Kirchner, en cambio, "tiene cualidades personales, es muy inteligente y preparada", remarcó Lipszyc. No obstante, advirtió que no hay que ilusionarse con la posibilidad de que promueva una agenda de género. "Conoce los temas, pero no le interesan", dijo.
Los analistas consideran que los argumentos acerca de la falta de experiencia de gestión que la oposición le adjudica a Fernández de Kirchner carecen de peso.
"Macri tampoco tiene esa experiencia y fue electo por más de 60 por ciento del electorado de Buenos Aires", señaló Romer en alusión al empresario que será alcalde de la ciudad.
Además, los encuestadores sostienen que la senadora tiene una carrera política propia que le permitió llegar a ser más popular que se marido a nivel nacional hasta 2003, antes de los comicios en los que un desconocido Kirchner fue elegido presidente con apenas 22 por ciento de los votos, la cifra más baja en la historia política de la república.
El presidente había sido gobernador de la provincia de Santa Cruz, al sur del país, y Fernández de Kirchner diputada y senadora en el Congreso legislativo federal, un escenario en que se destacó como crítica de la gestión de Carlos Menem (1989-1999), también peronista.
"Ella tiene una larga experiencia como legisladora y es falso que no actuó en la gestión, porque siempre gobernó junto con Kirchner en Santa Cruz y también ahora que él llegó a la presidencia", dijo Lipszyc.
En este sentido, Wornat coincide en que ella integra la "mesa chica" de decisiones del gobierno.
De todos modos, observadores sostienen que la campaña aún no comenzó. "Ella tiene todas las condiciones para ganar, pero tendrá que caminar mucho todavía" hasta las elecciones de octubre, por un sendero sembrado de incertidumbre y desafíos pendientes.
La tradición "machista" de la Argentina no estará ausente de la campaña. Jamás una mujer había sido candidata a la presidencia en representación de un partido importante hasta 2003, cuando Carrió obtuvo apenas 14 por ciento de los votos.
En 1999, una alianza entre la Unión Cívica Radical y el Frente País Solidario derrotó con comodidad al candidato presidencial justicialista Eduardo Duhalde.
En la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral y un baluarte histórico del peronismo, la Alianza derrotó por un margen de entre dos y nueve puntos porcentuales a los candidatos justicialistas a presidente, diputados nacionales, diputados provinciales y senadores provinciales.
El peronismo sólo se impuso en la elección de gobernador, con un margen de siete puntos sobre la candidata de la Alianza, Graciela Fernández Meijide.
