El lago de Valencia, de 375 kilómetros cuadrados y el segundo de Venezuela, en el centro-norte, se encuentra en emergencia por la contaminación que generan las aguas servidas de los ríos que desembocan en su cuenca y por el inminente aumento de su cauce con las primeras precipitaciones de la temporada lluviosa .
La cuenca del lago tiene tres mil 140 kilómetros cuadrados (0,3 por ciento del territorio venezolano) y alberga 2,8 millones de habitantes (13 por ciento de la población) además de numerosas industrias manufactureras.
«Con base en la lógica de los servicios de agua potable y servidas, calcularemos cuántas familias asentadas en las riberas deben ser desalojadas», dijo a Tierramérica Luis Carlos Rodríguez, director ambiental del estado de Aragua, que alberga parte del cuerpo de agua.
El Ministerio del Ambiente anunció que invertirá 40 millones de dólares en los próximos años en un plan para recuperar el lago.