Las autoridades ambientales llevan adelante un plan de consrvación del nogal de Caracas (Juglans venezuelensis), endémico de las montañas que separan a la capital venezolana del mar Caribe, cuyo hábitat está amenazado por la tala, la urbanización, la merma de suelos orgánicos y los cambios en las lluvias. «Tenemos un programa de recuperación, con semillas recolectadas que trabajamos en dos viveros para convertirlas en tres mil plántulas que esperamos sembrar en la zona hacia mediados de 2007», dijo a Tierramérica el viceministro de Ambiente, Miguel Rodríguez.
El venezuelensis es una de las 21 especies de nogales existentes en el mundo, de los cuales 17 son americanos. Llega a medir 30 metros de altura con un tronco de 80 centímetros y su nuez es muy pobre –no se la busca para comer, en pruebas destila poco aceite–, pero su ancho de hasta 30 metros entrega saludables sombra y oxígeno.