Más de cinco millones de personas vinculadas a la producción del café en México avizoran un sombrío panorama para 2006, tras la destrucción de más de 100 mil hectáreas por el paso del huracán Stan, en octubre. Las intensas lluvias ocasionadas por Stan dañaron las plantaciones de los sudorientales estados de Chiapas, Veracruz y Oaxaca, productores del grano de mejor calidad, al que se suma la producción orgánica. También se afectaron los caminos, impidiendo sacar las cosechas, lo que incrementó las pérdidas.
«El retraso de la ayuda gubernamental y los fenómenos naturales minan el futuro del café», dijo a Tierramérica Marcelo Herrera Herbert, miembro de la Comisión Especial del Café en la Cámara de Diputados.
El legislador del izquierdista Partido de la Revolución Democrática explicó que la producción cafetalera anual, calculada en cuatro millones de sacos, descenderá 75 por ciento para 2006.
