La presión de grupos ambientalistas fue fundamental para que la activista Araceli Domínguez, encarcelada por denunciar la muerte de delfines en el balneario de Cancún, sea rápidamente liberada, dijeron fuentes cercanas a la detenida. “La presión nacional e internacional garantizó un buen trato y un proceso rápido de la detenida”, dijo a Tierramérica Patricio Martin, uno de los portavoces del no gubernamental Centro Mexicano de Derecho Ambiental, grupo que estuvo cerca del proceso contra la activista.
Domínguez, presidenta del Grupo Ecologista del Mayab, que actúa en el estado de Quintana Roo, donde se ubica Cancún, fue detenida el 23 de este mes por una demanda de difamación que en su contra presentaron dueños de delfinarios.
La activista, quien había denunciado la importación ilegal de delfines desde la Islas Salomón y la muerte de algunos de ellos, fue liberada la noche del miércoles 27, luego que sus acusadores retiraron los cargos.
La postura de los grupos ambientales, quienes amenazaron con boicotear la promoción turística sobre Cancún y amenazaron con demandar al presidente Vicente Fox ante la Comisión Ambiental de América del Norte, puso a las autoridades y a los denunciantes contra la pared, lo que al final derivó en la liberación de Domínguez, señaló Martin.
