Las lluvias provocadas por el huracán Wilma aliviaron la sequía que venía sufriendo Cuba, con notable beneficio para las zonas agrícolas, dijeron campesinos consultados por Tierramérica. «Acá comenzó a llover mucho antes de Wilma, en agosto, y prácticamente no hubo que regar la siembra de arroz. Cosecharlo fue algo complicado con tanto aguacero, pero ya se secó el grano», afirmó Rubén Torres, dueño de una finca en la central provincia de Villa Clara, donde a principios de año la sequía mantenía resecos los predios.
El Instituto cubano de Recursos Hidráulicos informó a principios de noviembre que los 235 embalses en explotación del país, cuya capacidad total alcanza nueve mil millones de metros cúbicos de agua, se encuentran por encima de 72 por ciento de su volumen.