Dos áreas sudorientales cubanas especialmente azotadas por la sequía recibieron financiamiento internacional para forestar con marañón (Anacardium occidentale) y árbol del Nim (Azadirachta indica), lo que creará nuevos empleos y ayudará a proteger el suelo y la biodiversidad. La siembra del marañón, de buen precio en el mercado internacional, se realizará en la provincia de Granma, y la del árbol del Nim, usado para producir insecticidas, en la de Guantánamo, informó a Tierramérica Fabio Fajardo, coordinador de proyectos con pequeñas donaciones del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Los nuevos bosques contribuirán además a paliar la emisión de dióxido de carbono, causante de efecto invernadero, al actuar como «sumideros de carbón».
Ambos planes, apoyados también por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial forman parte de un grupo de proyectos de desarrollo sostenible para 2005 dirigidos a problemas de índole ambiental en pequeñas comunidades y con impacto ambiental positivo.
