Más de tres mil familias de aisladas comunas rurales en la IV Región de Chile, unos 500 kilómetros al norte de Santiago, dispondrán de energía procedente de sistemas fotovoltaicos, mediante un proyecto financiado en parte por el Banco Interamericano de Desarrollo, con apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Los dispositivos se instalarán en viviendas y centros comunitarios de 15 comunas rurales que hoy se alumbran con velas y utilizan lámparas y cocinas a queroseno.
La opción energética se debe a que las condiciones de radiación solar de la IV Región están entre las mejores del mundo, y la sustitución de velas, queroseno y otros combustibles fósiles «beneficiará al ambiente al reducir la emisión de gases de efecto invernadero», dijo a Tierramérica María Elena Hurtado, del PNUD en Chile.