Una vertical caída de la deforestación de la Amazonia brasileña en junio, de 95 por ciento en comparación con el mismo mes de 2004 (cayó de 10 mil 17 a 531 kilómetros cuadrados), alimenta la esperanza de éxito en el combate a esa práctica. El resultado se debe principalmente a fuertes medidas del gobierno, que protegió desde febrero extensas áreas del norteño estado de Pará, y desmanteló en junio una red de corrupción que aumentaba la extracción ilegal de madera en el occidental estado de Mato Grosso, evaluó Carlos Souza, secretario del Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonia.
Ese instituto calculó con datos del Sistema de Detección de la Deforestación en Tiempo Real, que usa imágenes de satélites para una «inspección quirúrgica» y permite la inmediata represión, explicó.