VENEZUELA: Marchas abren grieta política

Decenas de miles de universitarios marcharon este miércoles por la capital de Venezuela con consignas como «libertad, libertad de expresión», en defensa de derechos que consideran limitados por el gobierno.

Desde el 28 de mayo, cuando el gobierno apagó la señal abierta de Radio Caracas Televisión (RCTV), la televisora más antigua y vista del país, los estudiantes han salido a protestar en una decena de ciudades, de modo pacífico la mayor parte de las veces aunque casi cada día, sobre todo en provincia, se registran encontronazos con la policía.

"Queremos que el gobierno deje de amenazar a los medios de comunicación y no vamos a permitir que se cierre otro canal", dijo Stalin González, presidente de la Federación de Estudiantes de la caraqueña Universidad Central, al cabo de cinco kilómetros de marcha desde el campus hasta la sede de la Fiscalía General de la República.

González se quejó porque "el alcalde de Caracas, Freddy Bernal, nos niega los permisos, la policía al comienzo no se portó bien, en la provincia somos cercados por miles de uniformados, cuando somos demócratas y no golpistas, y se le pide a los cerros (barrios pobres) que bajen a agredirnos".

En la manifestación participaron profesores de varias universidades, públicas y privadas, "aunque no con protagonismo sino acompañando a los estudiantes en su gesto valeroso", dijo el rector de la Universidad Central, Antonio París.
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Muchos estudiantes, cruzando apenas la esquina de los 20 años, confiesan que es la primera vez que participan en demostraciones callejeras. "Eran unos adolescentes cuando la oposición pugnó por desalojar del poder al presidente Hugo Chávez en abril de 2002", recordó a IPS el sociólogo Tulio Hernández.

Sus marchas son entusiastas, informales, de escasos recursos materiales —las consignas son garabateadas sobre cartulinas— y se combinan con otras formas de protesta, como pintarse las manos de blanco, entregar flores a los policías o irrumpir en el tren subterráneo con las bocas tapadas con cinta adhesiva.

"Con el cierre de RCTV y las marchas estudiantiles se ha abierto una grieta importante en el respaldo al presidente", opinó Oscar Schémel, director de la encuestadora Hinterlaces, que sigue con sondeos diarios el pulso de opinión en 15 de los 24 estados del país acerca de la medida sobre la televisora y sus consecuencias.

Por esa brecha "se cuela un nuevo discurso, de búsqueda de unidad y de consenso, policlasista en defensa de valores democráticos esenciales, por contraposición al discurso de confrontación que mantiene el presidente", dijo Schémel a IPS.

Los estudiantes han manifestado frente a los poderes públicos y este jueves hablarán ante la Asamblea Nacional —cuyos 167 diputados son oficialistas, pues la oposición boicoteó los comicios parlamentarios de 2005—, que también invitó a comités de estudiantes partidarios de Chávez.

"La presencia entusiasta pero serena de los estudiantes en las calles habla de las reservas democráticas en la sociedad venezolana, para enfrentar un modelo político autoritario que promueve Chávez", según Hernández, crítico del mandatario.

"Nuestra lucha no es sólo por el cierre de una televisora, sino por el conjunto de nuestros derechos, la libertad de elegir lo que queremos ver y la libertad de protestar, porque muchos manifestantes han sido llevados a la justicia", señaló Yon Goicoechea, líder de los estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello.

En una transmisión en cadena nacional de radio y TV cuando progresaban las protestas, Chávez lamentó que los estudiantes "no se dan cuenta de que son manipulados y de que, indignamente, salen a la calle a defender la carroña, a la oligarquía. Pobrecitos".

El presidente, sus ministros y parlamentarios han afirmado que las manifestaciones estudiantiles son parte de un plan de desestabilización que debería conducir a un "golpe suave" de Estado, y se inspiran en tácticas de desobediencia pacífica animadas por la organización estadounidense Albert Einstein Institution.

En una rueda de prensa este miércoles, Chávez dibujó sobre una pizarra un cartucho de dinamita con la punta de la mecha encendida, para subrayar que las manifestaciones están orientadas a procurar un estallido "y entonces puede ocurrir una explosión revolucionaria, a cuyo frente yo estaría".

Según Hinterlaces, más de 80 por ciento de la población rechaza la medida contra RCTV y otra encuestadora, Datanálisis, ubicó ese rechazo en al menos 70 por ciento a finales de mayo, antes de que la estación apagase su señal de televisión abierta.

"Con la irrupción de los estudiantes, un fenómeno que nadie previó aunque algunos hablábamos de una carga de descontento larvada, es de creer que su expresión tiene abundantes simpatías y el rechazo al fin de la televisora se mantiene", dijo Schémel.

El gobierno se negó a prorrogar la concesión de la frecuencia de onda que explotaba desde 1956 RCTV, una televisora acusada de golpista por las transmisiones que realizó en los días de abril de 2002 en los que Chávez fue fugazmente desalojado del poder. Pero sus transmisiones continúan por cable y a través de Internet.

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