MUJERES: Educando a los cascos azules

Los hombres pueden ser más eficaces impartiendo educación de género al personal de seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para prevenir abusos sexuales que han manchado varias operaciones de paz del foro mundial.

La ONU investigó 340 denuncias de abusos y violaciones sexuales en 2005, que involucraron a 217 efectivos uniformados y a 123 integrantes civiles de sus misiones de paz en Haití, República Democrática del Congo y la meridional provincia autónoma serbia de Kosovo.

"Conocer más sobre distintas experiencias de los hombres y de las mujeres en situaciones de conflicto ayuda a que el personal de seguridad responda mejor a la violencia basada en el género y a prevenir el abuso sexual", dijo Carmen Moreno, directora del Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación de las Naciones Unidas para la Promoción de la Mujer (UN-Instraw).

"¿Cómo pueden cumplir (las tropas de mantenimiento de la paz) con su mandato de proteger a hombres y mujeres si ignoran los asuntos de género?" se preguntó Moreno al instalar el martes un taller para capacitar a formadores en igualdad de género, que se extiende hasta este jueves en la sede del UN-Instraw en Santo Domingo.

En el encuentro participan entrenadores de 10 nacionalidades del Departamento de Operaciones del Mantenimiento de la Paz, organizador del taller, incluida una integrante de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah, por sus siglas en francés), desplegada en ese país vecino desde junio de 2004.

"Hemos avanzado un poco en la lucha contra las violaciones sexuales", dijo a IPS la consejera en materia de género de la Minustah, la francesa Nadine Puechguirbal.

Varias organizaciones haitianas aúnan esfuerzos, mientras la Minustah trabaja dentro de sus propias tropas y con la sociedad civil para erradicar la violencia sexual, aseguró Puechguirbal.

Uno de los avances "es que cualquier médico puede emitir un certificado que es una prueba judicial para sustentar la denuncia de violación ante la justicia", añadió la funcionaria.

A mayo de este año, la Minustah contaba con 8.810 efectivos uniformados, 7.050 soldados y 1.760 policías, 457 funcionarios internacionales, 806 funcionarios nacionales y 184 voluntarios de la ONU. Brasil, Uruguay, Argentina y Chile son los principales contribuyentes de las tropas desplegadas en suelo haitiano.

Poco antes de retirarse de su cargo de secretario general de la ONU, en diciembre de 2006, Kofi Annan admitió que "ha habido crímenes, como violaciones, pedofilia y tráfico humano", cometidos por "cascos azules", como se conoce a las tropas de paz de Naciones Unidas.

Con base en un informe de Annan, el foro mundial aún desarrolla una investigación sobre casos de abuso y explotación sexual presuntamente cometidos por cascos azules en 2003. Las denuncias y acusaciones no han desaparecido.

"Estos talleres los desarrollamos también para capacitar a las personas en la investigación de crímenes a base de género, como la violencia doméstica y hasta sexual contra hombres o mujeres", dijo a IPS Nicole Popovic, experta en género, paz y seguridad del UN-Instraw.

Popovic reconoce lo difícil de la tarea en organizaciones dominadas por hombres. "Los símbolos de masculinidad están muy altos en estos cuerpos, pero ya se está reclutando a más mujeres para tener un balance de género y hacer estos cuerpos de paz más sensibles".

Antes del taller, más de 140 expertos de todo el mundo debatieron en forma virtual durante tres semanas de abril sobre cómo mejorar la formación de género de militares, policías y otro tipo de personal desplegado en operaciones de paz, con el auspicio del UN-Instraw, el Centro de Ginebra para el Control Democrático de las Fuerzas Armadas, y la Oficina para Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación Europea.

"Colegas feministas son escépticas sobre la eficacia de esta formación en el área de la seguridad. Entiendo su argumento: son instituciones tan arraigadas en la masculinidad militarizada que el entrenamiento de género no llega a poner en cuestión la ideología, estructura y prácticas de esas organizaciones", afirma uno de esos testimonios desde Canadá.

"Sin embargo, es importante ser muy claros en lo que queremos lograr y en las formas para conseguirlo", agrega.

Varios participantes señalaron la importancia de comprometer a personal masculino para formar a sus pares, en especial a personal jerárquico. "Ver a un hombre al frente hablando sobre género" es un cambio cualitativo en cuerpos tan masculinos como los ejércitos o la policía, señalaron.

Esa fue una de las conclusiones del debate virtual: la necesidad de "comprometer a los hombres como capacitadores de género".

Pero esta formación afronta otros retos.

Aunque políticamente es correcto introducir la preparación en género en el mantenimiento de la paz, "no tenemos ni tiempo ni recursos para llevar a cabo una capacitación que tenga impacto en el terreno", dice un testimonio procedente de Haití.

Educar en forma precoz, introduciendo el tema en otros planes de formación, hacerlo en el terreno y con participación de oficiales superiores fueron otras de las conclusiones.

Estos y otros asuntos desarrollados durante el debate virtual serán herramientas para la reforma del sector seguridad que la ONU pondrá en marcha a principios de 2008.

Desde 1948, la ONU ha desplegado 61 misiones de paz en diferentes regiones.

El Departamento de Operaciones del Mantenimiento de la Paz tiene en curso 18 misiones con más de 100.000 personas desplegadas, entre militares, policías y civiles, voluntarios y remunerados, personal nacional e internacional.

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