Alireza Jafarzadeh irrumpió por primera vez en la escena política de Estados Unidos en 2002, cuando reveló la existencia de una planta clandestina de enriquecimiento de uranio en la meridional localidad iraní de Natanz.
Para algunos funcionarios estadounidenses, las revelaciones del disidente iraní se convirtieron en la prueba que buscaban para confirmar que Teherán estaba embarcado en un programa de producción de armas nucleares.
Mientras los partidarios de una guerra contra Irán presionan para lanzar un ataque, Jafarzadeh, de 49 años, se unió a la cadena de televisión Fox News como analista de política internacional.
Si esta estrella televisiva en ascenso se presenta como una experta en "terrorismo", los televidentes deberían seguir sus consejos.
Después de todo, Jafarzadeh actuó como portavoz del Mujaheddin-e Khalq (MEK), grupo opositor iraní que el Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos incluyó en su nómina de organizaciones terroristas en 1997, en un intento de acercamiento hacia el gobierno reformista del entonces presidente iraní Mohammad Khatami (1997-2005).
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El Departamento de Estado aseguró entonces que el ex presidente iraquí Saddam Hussein (1979-2003) financiaba al MEK, y que este grupo había apoyado la toma de rehenes en la embajada de Estados Unidos en Teherán en 1979, además de robar bancos y ser responsable de la muerte de ciudadanos estadounidenses en 1970.
En 2003, un experto estadounidense acusó a esta organización de recibir millones de dólares del programa "Petróleo por Alimentos", de la Organización de las Naciones Unidas, que permitía a Iraq exportar petróleo siempre y cuando las ganancias se usaran sólo para comprar alimentos para la población.
El MEK dijo que las acusaciones formaban parte de una campaña de desprestigio, según informó la agencia de noticias Associated Press.
En agosto de ese año, el entonces secretario de Estado, Colin Powell, ordenó la clausura de dos oficinas en Washington vinculadas con el Consejo Nacional de la Resistencia Iraní, al que sus críticos consideraban una pantalla del brazo militar del MEK.
Jafarzadeh está íntimamente vinculado al MEK y a las organizaciones asociadas al grupo.
Jafarzadeh actuó como portavoz del Consejo en Estados Unidos hasta que sus oficinas en Washington fueron clausuradas en 2003, un año después de sus revelaciones sobre las instalaciones secretas iraníes de enriquecimiento de uranio y una planta de agua pesada.
Irónicamente, el cierre de las oficinas se produjo después de que el presidente George W. Bush y otros altos funcionarios estadounidenses elogiaran públicamente al grupo por revelar la información sobre el programa nuclear de Teherán. En ese momento lo definieron como "grupo disidente".
En mayo de 2003, la organización de Jafarzadeh afirmó que Irán estaba fabricando armas bacteriológicas. El arsenal incluía ántrax, tifus, viruela y cólera, como parte de un plan para triplicar la capacidad de producción de este tipo de armas.
Jafarzadeh aseguró que los programas iraníes para desarrollar armas biológicas, químicas y nucleares progresaron rápidamente durante la presidencia de Jatima, líder reformista que trató de promover un deshielo en las relaciones con Estados Unidos.
Cuando el Departamento de Estado incluyó al Consejo en su nómina de organizaciones terroristas, Jafarzadeh se convirtió de la noche a la mañana en analista de Fox News. Después se publicó un libro titulado "La Amenaza Iraní", en el que Jafarzadeh, como muchos otros "expertos" en Washington, denunciaban los riesgos implícitos en el programa nuclear de Irán.
Jafarzadeh también está al frente de una consultora que realiza análisis sobre terrorismo, armas de destrucción masiva y las políticas interna e internacional de Irán, así como su papel en el vecino Iraq, según anuncia la firma en su sitio web.
Se cree que la consultora tiene el único propósito de burlar la ley que prohíbe la existencia del MEK en territorio estadounidense.
Aunque figura catalogado como organización terrorista, el MEK todavía mantiene un alto perfil y se promociona como "una alternativa democrática al régimen de Irán".
Ravaji afirma que la democracia es la única respuesta al fundamentalismo en Irán, y los miembros del grupo creen que ellos encarnan la mayor esperanza en la búsqueda de ese objetivo.
Aunque la administración de Bush utilizó información de Jafarzadeh y otros disidentes ligados al MEK, el grupo recibe escaso apoyo en Washington, con la excepción de un puñado de cabilderos y legisladores que se vuelven cada vez más escépticos.
En 2002, según el diario The Wall Street Journal, 150 miembros del Congreso enviaron una carta al Departamento de Estado para pedir que el grupo fuera borrado de la lista negra.
Sin embargo, el apoyo se está esfumando, porque muchos políticos temen verse asociados con una organización "terrorista".
Al frente de la campaña para sacar al MEK de la lista se encuentra el Comité de Políticas para Irán (IPC, por sus siglas en inglés), grupo de presión integrado por ex funcionarios de la Casa Blanca, del Departamento de Estado, del Pentágono y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
El IPC promueve "un cambio coercitivo" del gobierno iraní y apoya al MEK para que derroque al régimen de Teherán.
Las posibilidades de que un grupo como el MEK pueda producir un cambio democrático en Irán son remotas. Se estima que carece de apoyo en la población iraní: muchos lo aborrecen por aliarse con Saddam Hussein y combatir a su propia gente durante la guerra entre Irak e Irán.
El MEK comenzó como una organización militante aliada con la oposición religiosa durante la Revolución Islámica de 1979, pero luego fue marginalizada por los clérigos que tomaron el control del país. Entonces comenzó a operar desde Irak, llamando al derrocamiento del régimen iraní.
Los críticos del grupo sostienen que se parece a una secta religiosa. Hasta los neoconservadores en Washington tienen reservas respecto del MEK.
Michael Rubin, un ex funcionario del ministerio de Defensa, escribió en un artículo publicado en la revista derechista Front Page Magazine que "Maryam Rajavi y su esposo Masud son muy hábiles en materia de relaciones públicas y en reinventarse a sí mismos, pero la organización que presiden descree de la democracia y abraza el terrorismo, la autocracia y el marxismo".