La contundente victoria opositora en los comicios de la ciudad de Buenos Aires es una alerta para el gobierno de Néstor Kirchner. El oficialismo se mantiene como favorito para las presidenciales de octubre, pero con demandas que van más allá de la buena marcha de la economía.
Así lo advirtieron a IPS dos expertos al analizar el triunfo del empresario Mauricio Macri, líder de la coalición de centroderecha Propuesta Republicana , en la segunda vuelta de las elecciones para jefe de gobierno de la capital argentina, celebradas el domingo.
Macri obtuvo casi 61 por ciento de los votos, mientras el candidato oficialista Daniel Filmus, ministro de Educación de Kirchner, que logró 39,4 por ciento.
En la misma jornada, el gobernante Partido Justicialista sufrió otra derrota en la austral provincia de Tierra del Fuego, donde la candidata centroizquierdista Fabiana Ríos, de la opositora Afirmación para una República de Iguales (ARI), consiguió la gobernación de ese distrito en segunda vuelta, derrotando al postulante oficialista.
Ríos es la primera mujer electa gobernadora por voto popular.
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"Estas elecciones no pueden ser tomadas como un anticipo de las presidenciales, pero son un indicador de los cambios de humor de la clase media argentina que empieza a pedir una agenda que va más allá del crecimiento económico", sostuvo el analista político Rosendo Fraga, de la consultora Nueva Mayoría.
"Kirchner perdió la imagen de invencible que parecía tener, y esto coincide con otros problemas que enfrenta el país", advirtió Fraga en referencia a la crisis energética que frena la producción y amenaza el ritmo de crecimiento, los precios en alza, las dificultades del transporte y algunas denuncias de casos de corrupción aún no esclarecidos.
Para Fraga, el triunfo de Macri fue "categórico" y sin precedentes. "Es la primera vez que un candidato de centroderecha gana una elección (para la alcaldía) en esta ciudad y es además el que registra el mayor porcentaje de votos en la historia", destacó.
La jefatura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se disputa en elecciones desde 1996, cuando se sancionó la Constitución de este distrito. Hasta entonces, la capital argentina era gobernada por un alcalde designado por el presidente de la República.
A juicio de Fraga, el empresario Macri supo ampliar la oferta electoral al definir la fórmula.
"Macri fue votado por valores de centroderecha como la eficiencia, la seguridad, el orden, pero su vicejefa, Gabriela Michetti, aportó valores de centroizquierda. Ella es valorada por su sensibilidad, su solidaridad y sus promesas de igualdad. Pocas veces en una elección un segundo aportó tanto al primero", concluyó.
El sociólogo Marcos Novaro, profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), comentó que "la omnipotencia de Kirchner y su falta de registro de los problemas lo están alejando de la opinión pública". "Cuando tiene todas las cartas es buen jugador, pero cuando no, agrava las dificultades", interpretó.
En su opinión "era muy difícil" que el oficialista Filmus, que obtuvo apenas 23 por ciento de los votos en primera vuelta, se impusiera sobre Macri en la segunda. No obstante, "en lugar de apuntar a una derrota digna, Kirchner se involucró mucho y mal", criticó.
Novaro consideró que el presidente debió preservarse, tomando en cuenta que ésta era una contienda en un distrito, pero optó por confrontar con Macri oponiendo la marcha del gobierno nacional a la propuesta para la ciudad. Esa estrategia contribuyó a convertir al empresario en una referencia indiscutible de la oposición, dijo.
Las derrotas en Buenos Aires y Tierra del Fuego llevaron al oficialismo a postergar aun más la definición de su candidatura presidencial para octubre. Kirchner, favorito para esos comicios según las encuestas, todavía no reveló si se postularía a un segundo mandato o si en su lugar lo haría su esposa, la senadora Cristina Fernández.
Esta última opción parecía la más probable, pero algunos colaboradores cercanos al presidente temen que la imagen positiva de Fernández —menor que la de Kirchner— no alcance para conquistar un triunfo en primera vuelta, y se inclinan por la alternativa de una segunda gestión del mandatario.
"El gobierno cree que maneja los tiempos y juega con la incertidumbre, pero esta indefinición lo va a llevar a pagar un alto costo. Si ahora bajan la candidatura de Fernández se verá como una debilidad, y si se aplaza más la definición, el problema se agrava por la propia dinámica de los hechos", advirtió Novaro.
El sociólogo cree que si bien Kirchner y su esposa son los dirigentes políticos con mejor imagen en la opinión pública, ambos registran una ligera pérdida. "El gobierno se cree infalible, pero no lo es, y la incertidumbre le puede jugar en contra", dijo.
Macri ganó "con sentido común", prometiendo atender los problemas de los vecinos de la ciudad: la inseguridad, el colapso del sistema de transporte público, el déficit de infraestructura de escuelas y hospitales públicos, la ineficiencia en la recolección de residuos y el clientelismo político, estimó Novaro.
"Es un dirigente que, sin hacer mucho mérito, creció y puede seguir creciendo", y está haciendo un uso inteligente del espacio político de centro. "Si la estrategia del oficialismo contra él es ubicarlo en la derecha, se equivoca", interpretó Novaro.
Macri se lanzó a la política con un discurso centrado en los problemas de la inseguridad ciudadana y la delincuencia, pero sólo logró conquistar a una mayoría del electorado de la ciudad apenas año, al incorporar una retórica que apela a la necesidad de una mayor inclusión social de las minorías y de los sectores más pobres de la población.
También cultivó un perfil muy valorado entre los electores de la ciudad, según las encuestas, mostrándose más atento a las preocupaciones de los vecinos que a responder los cuestionamientos de sus rivales a sus antecedentes como empresario.