Menos de 20 loritos ñángaro (Aratinga acuticaudata neoxena) sobreviven en los manglares del parque La Restinga, en la nororiental isla venezolana de Margarita, corriendo grave peligro de extinción, advirtió a Tierramérica la bióloga Marialejandra Faría, de la organización no gubernamental Provita. Esto se debe a «la degradación de su hábitat, al crecer las poblaciones vecinas, pero también a la captura furtiva de quienes los emplean como mascotas», dijo Faría. «Podríamos intentar un programa para criar huevos en cautiverio, pero no tenemos recursos para eso», explicó.
Provita implementó un programa de jóvenes biólogos y 17 organizaciones ambientalistas con 400 escolares en Margarita, buscando sembrar conciencia sobre la necesidad de preservar el hábitat del ñángaro y de la cotorra margariteña (Amazona barbadensis), cuya población aumentó de 750 a mil 900 ejemplares en 17 años.