Autoridades ambientales de Guatemala concluirán en noviembre la construcción de la segunda planta purificadora del agua del río Villalobos, que arrastra unas 500 mil toneladas de sedimentos al lago de Amatitlán, 35 kilómetros al sur de la capital. Está en la población de El Frutal (a unos cinco kilómetros de Amatitlán) y superará los tres kilómetros de largo, explicó a Tierramérica Edgar Zamora, director de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca de ese lago.
La primera, de dos kilómetros de longitud, fue instalada en diciembre de 2005 y «permite filtrar 300 litros por segundo, saliendo el agua 70 por ciento más limpia», recordó Zamora.
El gobierno inició la recuperación del lago en abril de 2005, con una inversión de 29 millones de dólares, ante la amenaza de que para 2015 estaría convertido en un pantano.