Cuba comenzó a elaborar alcohol a partir del jugo de la caña de azúcar, lo que supone toda una novedad en el país, que hasta ahora prioriza la producción del dulce elemento y deja las mieles finales para fabricar alcohol como un subproducto. Con ese objetivo, la empresa Heriberto Duquesne, de la central provincia de Villa Clara, debió realizar adaptaciones técnicas en los equipos del ingenio y la destilería, probados con éxito en fase experimental.
Especialistas consideraron muy acertada esa diversificación. «El alcohol es el combustible del futuro, teniendo en cuenta los altos precios del petróleo, que además está en vías de agotarse», dijo a Tierramérica el economista Armando Nova.
Usado solo o mezclado con gasolina, ese derivado de la caña de azúcar es menos costoso y contaminante que otros carburantes.