Preocupa a los campesinos cubanos el exceso de lluvias que, por efecto de El Niño – Oscilación del Sur (ENOS), siguieron cayendo sobre el país durante diciembre. «Siempre es bueno que llueva, pero no tanto. La tierra está demasiado húmeda para la siembra invernal», lo que favorece el desarrollo de hongos en los cultivos, dijo a Tierramérica Rubén Torres, campesino de las afueras de la ciudad de Santa Clara, 268 kilómetros al este de La Habana.
El ENOS causará más lluvias y tormentas entre enero y abril, alertó un informe del Centro del Clima del Instituto Cubano de Meteorología.
Este fenómeno aumenta más de medio grado la temperatura de la superficie del agua durante unos cinco meses consecutivos en el Pacífico occidental, central y oriental. El más devastador, en 1993, generó pérdidas de más de mil millones de dólares.