Investigaciones de la Universidad de Campina Grande, en el oriental estado brasileño de Paraíba, exploran los potenciales usos del sisal (Agave sisalana) como reemplazo del amianto, cancerígeno y contaminante, en la construcción civil. Esta planta, que se cultiva en tierras semiáridas del nordeste brasileño, «tiene bajo costo, es biodegradable, existe en abundancia y es recurso renovable no cancerígeno”, explicó a Tierramérica el coordinador de la investigación, Antonio Farias Leal.
“Su utilización ayudará en el desarrollo social y económico de regiones pobres de Brasil castigadas por la sequía, donde ningún otro cultivo perenne resiste salvo el de sisal y donde cerca de un millón de personas dependen de él para sobrevivir», señaló.
Brasil es el mayor productor mundial de sisal, generando cerca de 56 por ciento del total global.