Un militar de Filipinas devenido en senador prometió en su campaña investigar las numerosas ejecuciones extrajudiciales y desapariciones de periodistas y activistas. Todavía está por verse si podrá cumplir.
Para organizaciones de derechos humanos, aun más sorprendente que la promesa misma es el hecho de que el teniente Antonio Trillanes IV haya reconocido públicamente la existencia de escuadrones de la muerte.
"Ningún otro militar admitió tantas cosas", dijo a IPS Renato Reyes, secretario general la no gubernamental Alianza Patriótica del Pueblo (Bayan).
"Eso confirma lo que desde hace tiempo creíamos: que el Ejército está detrás de muchos de los asesinatos y secuestros", remarcó.
Las ejecuciones extrajudiciales son asesinatos sumarios sin intervención de un tribunal.
Organizaciones de derechos humanos señalan que más de 800 activistas fueron ejecutados en forma sumaria por el Ejército desde que Gloria Macapagal-Arroyo asumió la presidencia en 2001.
Según el influyente periódico Phlippine Daily Inquirer, Trillanes reveló que los escuadrones de la muerte están a cargo de los servicios de inteligencia.
"Se recurre a ellos para cada caso en particular", señaló.
Según él, los uniformados de las Fuerzas Armadas de Filipinas no están contentos con la actividad de esos grupos paramilitares.
Trillanes, detenido desde hace casi cuatro años por ser uno de los líderes de un fallido motín en julio de 2003, es el tercer militar más votado en las elecciones de senadores.
Graduado en la Academia Militar de Filipinas, Trillanes asumirá formalmente su banca el 30 de este mes, al igual que los otros 11 senadores electos en mayo. Pero aún no se sabe si tendrá permiso para participar en las sesiones de la cámara o si el asunto será dirimido por un tribunal.
Reyes señaló que al expresar su interés por las ejecuciones extrajudiciales, Trillanes mostró su preocupación por protege ra las Fuerzas Armadas como institución.
"Al ser militar de carrera, él teme que el Ejército pierda profesionalidad cuando sus miembros hacen justicia por mano propia y realizan ejecuciones extrajudiciales. Trillanes está, más que nada, preocupado por evitar que la institución se degenere", sostuvo Reyes.
"No hizo ninguna referencia a la cuestión de derechos humanos que tiene este asunto. Eso es algo que hay que destacar", apuntó.
Una investigación encabezada por un militar como él, con seguridad tenga un fuerte impacto.
"Su mayor consecuencia es que pone al descubierto al Ejército desde el interior. El reconocimiento de la existencia de escuadrones de la muerte es una gran revelación aunque provenga de un militar de bajo rango", subrayó Reyes.
"El hecho debería servir para presionar al Ejército, a sus oficiales e incluso al Poder Ejecutivo a terminar con los escuadrones de la muerte y las ejecuciones extrajudiciales", indicó.
Como senador, Trillanes deberá examinar el programa de contrainsurgencia del gobierno, que califica de "frentes comunistas" a organizaciones populares legales y que las convierte en objetivos militares.
Dados sus orígenes, Trillanes "tenderá a ser muy cuidadoso para no poner en tela de juicio a toda la institución. Quizá se centre en la responsabilidad de los altos mandos", indicó.
Organizaciones como Bayan esperan que Trillanes cite a las máximas autoridades del Ejército, como el jefe del Estado Mayor, general Hermogenes Esperon.
El senador también deberá convencer a los otros tres miembros de la Academia Militar que están en el Senado para que apoyen su investigación.
"Como militares, al menos deben estar preocupados de que el Ejército sea estigmatizado aquí y en el extranjero por sus conocidas violaciones a los derechos humanos. Deben hacer que los superiores asuman su culpa bajo el principio de responsabilidad de los mandos", añadió Reyes.
Los tres senadores son Panfilo Lacson, ex jefe de Policía, Rodolfo Biazon, ex jefe del Estado Mayor, y Gregorio Honasan, líder de varias intentonas golpistas contra la ex presidenta Corazón Aquino (1986-1992).
Bayan no está convencida de la sinceridad de la presidenta Arroyo cuando promete terminar con los asesinatos de periodistas.
"No hay nada nuevo. Arroyo no muestra ninguna determinación en terminar con la matanza", subrayó.
"Queremos poner fin a este ciclo de violencia de una vez por todas", declaró la presidenta a la prensa en Malacañang, el palacio presidencial.
A pesar de sus declaraciones, "siguen los asesinatos", señaló Reyes.
"Pero esas declaraciones a la prensa fueron sólo una cuestión de relaciones públicas. Nos preguntamos por qué no puede hacer frente a las familias de los activistas asesinados y darles las mismas garantías", subrayó Reyes.
Según varios medios de prensa, 51 periodistas murieron desde que Arroyo asumió la presidencia en 2001.
Varios funcionarios negaron que las declaraciones de la presidenta se hayan enmarcado en la llegada a Manila el lunes de un equipo de expertos de derechos humanos de la Unión Europea (UE).
El embajador de la UE en Filipinas señaló que el objetivo de la visita era ayudar al gobierno de este país a crear tribunales especiales, capacitar a jueces y fiscales, reforzar el programa de protección de testigos y mejorar las competencias de los forenses para terminar con las matanzas de periodistas y activistas.
