CUBA-VENEZUELA: Al ritmo de Chávez

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, llegó a Cuba en una visita «sorpresa» de trabajo, conversó seis horas con su amigo Fidel Castro, inauguró un monumento, presentó un nuevo proyecto energético y hasta subió al escenario para entonar la canción folclórica de su país «Alma llanera».

Chávez siguió al secretario general del Partido Comunista de Vietnam, Nong Duc Manh, y al presidente boliviano Evo Morales, quienes conversaron con Castro el 2 y el 7 de este mes, respectivamente.

Con la partida del venezolano, medios de comunicación informaron desde el exterior la inminente llegada del mandatario nicaragüense Daniel Ortega, quién estaría viajando a esta isla caribeña desde Irán. Para los próximos días, además, se espera el arribo del presidente de Honduras, Manuel Zelaya.

Todos se reúnen o esperan reunirse con el presidente cubano, aún convaleciente de la enfermedad que lo alejó del poder el 31 de julio del año pasado. Pero Chávez va mucho más allá y expresa públicamente que "ya es hora" de que su amigo vuelva a vestir el uniforme verde olivo, en lugar del equipo deportivo de los últimos meses. Castro dejó de vestir el uniforme militar y sus grados de Comandante en Jefe tras una compleja intervención quirúrgica que lo obligó a alejarse de sus responsabilidades y cargos, para delegarlos de manera provisoria en su hermano Raúl, primer vicepresidente y ministro de las Fuerzas Armadas. También encargó a otros dirigentes del Estado y del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) dar continuidad a un grupo de programas priorizados en la esfera de energía, salud y educación, de los que se venía ocupando personalmente en los últimos dos o tres años. La "orden" de vestir el uniforme, "emitida" por Chávez el día 6, fue suavizada el miércoles en La Habana. "Está llegando la hora de ponerse de nuevo el uniforme. Ya lo dirán los días y lo dirá él mismo", dijo tras la inauguración de una estatua del general Francisco de Miranda (1750-1816), impulsor de la independencia latinoamericana.

"Uno se acostumbra a las visitas de Chávez. Cuando te enteras ya está aquí o ya se fue. Es como de la casa", dijo un cubano que esperaba la apertura del tráfico por la avenida del Malecón habanero, cerrada por la presencia de Chávez y del presidente en funciones de Cuba, el general de ejército Raúl Castro.

El mandatario venezolano, por su parte, reconoció que "no es fácil" asistir a "un acto público en La Habana, sin Fidel". Así y todo, aseguró irse con una "sensación de alivio, de alegría y de mucho optimismo", por haber conversado con Castro durante seis horas el martes y haber presenciado "su casi total recuperación" y buen estado de ánimo.

"Fidel tiene el uniforme ahí, ya puesto al ladito, lo mira de reojo, pero está calentando todavía (…) no está todavía listo para salir", comentó.

A diferencia de lo que ocurrió durante su visita de enero, las imágenes de la conversación entre el líder venezolano y el cubano no fueron publicadas por los medios, ni generaron un video para televisión. Entonces, hacía unos tres meses que la población cubana no veía imágenes de Castro, y Chávez pareció haber viajado a la isla para dar el pretexto.

Ahora, los tiempos han cambiado. El mandatario cubano escribe casi a diario sobre política internacional en su espacio Reflexiones del Comandante en Jefe, en el diario oficial Granma, y hace apenas unos días la televisión estatal transmitió una extensa entrevista concedida al conductor del espacio titulado Mesa Redonda.

Con un ritmo diferente al de Chávez, el cubano no muestra ningún apuro y parece haber optado por un retorno lento y ajustado de forma realista a sus condiciones de salud. "Estoy haciendo lo que ahora debo hacer y nada más porque no hay ningún secreto. Más claro no se puede hablar", comentó en la entrevista del 5 de este mes. La población de la isla, en tanto, parece haberse adaptado también a la nueva situación de vivir, al mismo tiempo, con Fidel Castro y sin Fidel Castro.

"Sabemos que la vida le ha impuesto estar separado del gobierno, ha sido algo difícil de enfrentar, pero es bueno saber que está ahí. Por lo demás, uno ve que el país marcha y eso es lo importante", dijo Aurelio Jiménez, un hombre de de 62 años, retirado de una empresa estatal y militante del Partido Comunista.

Además de la intensa actividad de relaciones internacionales, en los últimos meses el gobierno ha anunciado regulaciones aduanales que flexibilizan la entrada de equipos al país, se han implementado medidas para mejorar el transporte urbano y se esperan nuevos intentos para incentivar la producción de alimentos.

La Habana presencia un cambio acelerado de postes eléctricos, inversión que debe contribuir a la desaparición de los apagones. En este mismo sector, Raúl Castro inauguró nuevas capacidades de generación de energía a partir del gas acompañante de los pozos de petróleo.

Para cerrar el círculo, Chávez propuso el día 13 el montaje en Cuba de una gran planta de regasificación a partir de las grandes reservas de ese combustible en su país. La iniciativa aparecerá como parte de los proyectos de cooperación que integran la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), anunció.

Cuba y Venezuela mantienen una estrecha relación política y económica e impulsan en conjunto el ALBA, una iniciativa de integración a la cual el año pasado se sumó Bolivia y posteriormente Nicaragua, tras la vuelta al gobierno el 10 de enero del izquierdista Daniel Ortega.

El proyecto de regasificación beneficiaría también a otros países de la región, como parte de la propuesta cubano-venezolana que promueve la integración económica como alternativa a los tratados de libre comercio impulsados desde mediados de los años 90 por Estados.

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