SALUD-AMÉRICA LATINA: Cortina para el humo

Los 150 millones de fumadores de América Latina y el Caribe son cada vez más compelidos a dejar sin humo los espacios públicos, con una riada de medidas que cosechan más éxito a medida que prevalece la persuasión sobre la imposición.

"Es la tendencia que más apoyamos desde las instituciones de la sociedad civil, la de información, educación y concientización", comentó a IPS Eva Martínez, de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela.

La Sociedad lanzó este jueves, en la celebración del Día Mundial Sin Tabaco, un póster que muestra un cenicero dentro del cual hay una oficina, para apoyar la campaña internacional para liberar de humo las áreas de trabajo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a los gobiernos que "liberen completamente" a los espacios cerrados de uso público y lugares de trabajo del humo de tabaco, que contiene 400 productos químicos, 250 de los cuales son tóxicos y 50 directamente cancerígenos.

En Brasil, una ley federal ya prohibió fumar en áreas como hospitales y aulas, y en otras zonas públicas se han creado zonas exclusivas para fumadores.

En este país, 33 millones de sus 188 millones de habitantes se declaran fumadores y registra unas 200.000 muertes al año a causa del uso directo o indirecto del tabaco, lo cual equivale a un tercio de los 600.000 fallecimientos por la misma causa que ostenta la región, según la Organización Panamericana de Salud (OPS).

"Los estudios muestran reiteradamente que no sólo fumar, sino que el humo de segunda mano, por la absorción pasiva del que otros expelen, es un agente cancerígeno de tipo A, de primera mano", explicó a IPS Natacha Herrera, funcionaria de la OPS Las campañas extendidas por la región atacan la publicidad de cigarrillos, vedan la venta a niños, niñas y adolescentes, restringen el consumo en espacios colectivos, establecen áreas diferenciadas para quienes acuden al tabaco y quienes no y buscan erradicar el humo de las instalaciones hospitalarias y hasta de parques nacionales.

Uruguay, cuyo presidente es el médico oncólogo Tabaré Vázquez, fue desde marzo de 2006 el primer país de la región y quinto en el mundo con sus espacios cerrados prohibidos al cigarrillo. En ese país de 3,2 millones de habitantes mueren siete personas cada día en promedio por enfermedades asociadas al tabaquismo.

México, que tiene más de 30 veces la población de Uruguay, ve morir por tabaquismo a una persona cada 10 minutos. Aquí el gobierno ha reaccionado con la prohibición de fumar en edificios federales, escuelas, transportes y en los restaurantes, salvo en zonas especialmente asignadas.

Chile tiene desde el año pasado una ley con restricciones como esas y que además establece la prohibición de fumar en oficinas con menos de 10 personas, y los bares y restaurantes con menos de 100 metros cuadrados deben escoger entre ser para quienes fuman o para no fumadores.

También en Buenos Aires está prohibido fumar en las escuelas, hospitales, áreas laborales, transportes públicos, bares, locales de comidas y teatros a donde acudan menores.

"Está suficientemente demostrado que los trabajadores de centros como bares, discotecas o salas de bingo, aunque no fumen, se exponen gravemente cada noche a una carga de tabaco letal para sus pulmones", remarcó Herrera.

Venezuela, en tanto, ha abordado en lo que va de década sucesivas medidas de prohibición, al establecer áreas diferenciadas en restaurantes, prohibir fumar en instalaciones que presten servicios de salud y, más recientemente, en algunos edificios públicos y privados.

Este país andino y caribeño fue pionero hace un cuarto de siglo al prohibir la publicidad de cigarrillos, así como de licores, en radio y televisión, y hace dos años la extendió a todo tipo de espacio abierto y se sumó a las naciones que imprimen ilustraciones en el reverso de cada cajetilla para hacer conciencia de los graves daños a la salud que causa el consumo del tabaco.

A comienzos de este mes, el entonces ministro de Salud Erick Rodríguez anunció que celebraría este jueves el Día Mundial Sin Tabaco con la prohibición de fumar en todos los restaurantes, pese a que la medida se aplicaba de forma progresiva y se habían dado plazos para sostener áreas diferenciadas.

Rodríguez dijo que, además, Venezuela eliminaría progresivamente la producción de tabaco, un cultivo comercial en este territorio que data desde el siglo XVII, e inclusive su manufactura.

"Quien quiera fumar deberá importar cigarrillos", aseveró, y para que no quedasen dudas de su militancia comentó en una entrevista: "Yo nunca he besado a una mujer que fume".

El anuncio cayó como un cubo de agua fría entre los 9.000 cultivadores que producen al año 5.700 toneladas de la hoja del tabaco, así como en la industria de cigarrillos que emplea a unos 10.000 trabajadores y factura unos 700 millones de dólares anuales, 55 por ciento de los cuales van al fisco en forma de impuestos.

La principal empresa cigarrera, Bigott, es filial del gigante corporativo British American Tobacco.

Rodríguez fue reemplazado hace dos semanas por el coronel Jesús Mantilla, quien se desempeñaba como presidente del Instituto de los Seguros Sociales. Los funcionarios no explicaron el relevo y en medios del oficialismo se dijo a IPS que sus declaraciones sólo aceleraron un cambio en el despacho que se había decidido previamente.

En vísperas del Día Mundial Sin Tabaco, el director de contraloría sanitaria del Ministerio, Ernesto Perdomo, dijo que la resolución aún se mantiene en estudio, pues "siempre será preferible comenzar con una nueva campaña de concientización".

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