MIGRACIONES-ESPAÑA: Viaje regado con sangre y miedo

Una nueva oleada de inmigrantes africanos, que no cesa, deja el camino marcado de muertos y heridos rumbo a las españolas Islas Canarias, a las que arribaron en los últimos cinco días 1.300 personas.

El intento por llegar a España ya le costó la vida a 28 inmigrantes, cuyos cuerpos fueron encontrados en las costas del Sahara occidental, 40 kilómetros al norte de El Aaiún, mientras se suman los heridos.

Fuentes del Ministerio del Interior informaron este martes a IPS que se enviarán dos barcos más para vigilar las aguas que separan el archipiélago canario de la costa noroccidental de África.

Esos buques se sumarán a la flota de vigilancia de esta zona y a las embarcaciones patrulleras y aeronaves que desde el año pasado mantiene España en el océano Atlántico frente a las costas de Senegal y de Mauritania, además del barco de salvamento cerca de Cabo Verde.

Además, señalaron que estos últimos ingresos mostraron como novedad una cuidadosa planificación por parte de las mafias de traficantes de personas. Ya "no se trata de un cayuco que trata de llegar a nuestras costas como puede, sino de una compleja operación con embarcaciones que se mueven simultáneamente".
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El mayor ejemplo de esos traslados, a los que siguieron otros, se registró el viernes, cuando en nueve horas arribaron 11 embarcaciones, ocho de ellas a la misma hora pero en diferentes puntos de la costa.

Esas embarcaciones zarparon desde lugares cercanos a Cabo Bojador, en el Sahara occidental con rumbo norte y tras navegar 225 kilómetro durante 25 o 30 horas giraron hacia el sur de la isla de Gran Canaria.

Poco antes de llegar a las 12 millas de la costa, donde ya se ingresa a jurisdicción española, y a efectos de evitar ser detectados por el único radar instalado allí se dispersaron para dirigirse a tierra, logrando así que la patrullera española en servicio en la zona pudiera detener su ingreso al país.

Los policías detectaron en la pantalla del radar varios puntos, pero sin llegar a determinar si se trataba de pateras, cayucos (dos tipos de embarcaciones frágiles) o un simple golpe de las olas. No obstante pudieron detener algunas.

En todo caso, una vez que superan las 12 millas y entran a territorio español, los inmigrantes no pueden ser expulsados, a menos que sean nacionales de un país con el cual Madrid tenga un acuerdo al respecto, como con Marruecos y el firmado últimamente con Senegal.

Entre las 99 personas de una embarcación que arribó en la noche del lunes y que fueron detenidos, hay 15 menores y cuatro mujeres. Cuando se trata de bebés se trata de que los traen porque los niños no pueden ser expulsados de España, sea cual sea su país de origen. Y con ellos deben quedarse los padres.

Pero lo extraño es cuando llegan teniendo entre 14 y 20 años de edad, ya que se supone que lo hacen por voluntad propia. Erik Denabuena, de Senegal, llegó hace cinco años, cuando tenía 17 y sostiene esa posición.

"Vine porque aquí se puede tener un trabajo mucho mejor y mejor pagado que el que desde niños realizamos en nuestro país, sea porque lo disponen nuestros padres o para ganarnos unos centavos", narró Denabuena a IPS.

A la pregunta de si no saben que esos traslados implican un serio peligro de muerte, responde que sí, que lo saben. "Pero… ¿qué es peor, exponernos a ese peligro o seguir una vida que en muy poco se diferencia de la muerte?", preguntó con obvia respuesta.

Pero, para subir a los cayucos o pateras, aunque en estos días también llegaron dos lanchas a motor, deben pagar entre 1.000 dólares y 1.500, para lo cual familias enteras ahorran dinero, producto del trabajo o de otros tipos de actividades.

Una patera cargada de inmigrantes arribó el domingo a la costa de la meridional provincia española de Granada, tras cruzar el mar Mediterráneo. En ella llegó Nafish, una ghanesa de 24 años, quien con su hija de 10 meses espera reunirse con su marido y su hijo mayor, residentes en España desde hace un año y que todavía están sin sus documentos en regla.

En declaraciones al madrileño diario El País, Nafish habló del miedo que pasó en la travesía, "una auténtica locura", y recomendó que nadie lo intente.

Ante esta situación y pese a que es conciente de que España sigue necesitando inmigrantes para cubrir puestos de trabajo, el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero incrementará las medidas para impedir el ingreso a quienes carezcan de visa.

Esas medidas van desde el refuerzo de los sistemas de vigilancia hasta la negociación de acuerdos bilaterales con países expulsores de nacionales para que acepten el retorno de quienes ingresen a España sin visa o de quienes se queden una vez que se vence ese permiso de estadía.

Aunque sobre esto último se sabe que no es un gran problema para quienes desean entrar, ya que los que entran a España por vía marítima y de manera irregular son solo el cinco por ciento del total.

Pero los inmigrantes irregulares que llegan por mar son apenas cinco por ciento de los que recibe España, Mientras que las dos terceras partes de los que ya están en este país sin regularizar su situación ingresaron con visa de turistas, ya se por el aeropuerto en lo que se refiere a los latinoamericanos y caribeños y por tierra en cuanto a los que vienen de Europa oriental.

La secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí, al hablar de las medidas dispuestas por el Poder Ejecutivo, afirmó que "la presión inmigratoria existirá mientras persistan sus causas, (entre las cuales está) la lamentable situación que se vive en el continente africano".

Por eso, añadió, además de imponer controles y aplicar la ley, España está comprometida a apoyar y contribuir al desarrollo sostenible de África, algo "que está haciendo e impulsando a toda la Unión Europea (de la que es parte) a hacerlo".

La agencia española de cooperación al desarrollo incrementará su aporte del 0,27 por ciento del producto interno bruto en 2006 a 0,35 por ciento este año y se aspira a llegar a 0,50 por ciento en 2008. La mayor parte del aumento se dedica a la asistencia con África subsahariana.

Mientras, además de los dos buques que se agregarán a los que ya patrullan la zona frente a la costa africana. En estos días se agregó una patrullera italiana, dentro del dispositivo Hera 2007 que es coordinado por la Agencia Europea de Fronteras.

Todo ello hizo que Aminata Traoré, ex ministra de Cultura de Malí, manifestase días atrás que, "en realidad, son los blancos y sus productos los únicos que pueden circular libremente, los únicos que pueden entrar en África y con acuerdos comerciales que sancionan a los países africanos que se niegan a que las empresas extranjeras entren".

Eso ocurre, "al mismo tiempo de que se cierran las puertas a la inmigración e, incluso, se selecciona a las personas, como se seleccionan las materias primas", añadió esta activista premiada por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), una de las 17 comunidades autónomas que forman España.

"Esta es la gran paradoja. Europa coge todo lo que quiere de África, pero luego hace una barricada que se cierra a los seres humanos", denunció.

En todo eso hay responsables, escribió Jesús Roiz, del área de inmigración de la APDHA, para luego preguntar "¿cuándo llegará el día en que sean declarados y condenados como culpables?

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