Los indígenas ribereños y extractores de caucho natural de la Amazonia brasileña relanzaron la Alianza de los Pueblos Forestales (APF), nacida en los años 80, para reclamar se reconozca su papel en la preservación del bosque y del clima. Un seminario de sus líderes en la localidad amazónica de Manaos aprobó a fines de abril un manifiesto a favor de la remuneración internacional por frenar la deforestación y anunciando la creación de un mecanismo propio para reducir los gases invernadero.
«Queremos más que el pago por mantener los bosques, como hacemos tradicionalmente», sino políticas públicas que «consideren a los seres humanos que viven en la Amazonia», mejorando su calidad de vida, dijo a Tierramérica Jecinaldo Cabral, líder de la Coordinación de Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña.
La APF realizará su segundo encuentro nacional en septiembre, agregó.