SOCIEDAD-CUBA: Un camino de 20 años

Muy cerca de uno de los cruces viales más bulliciosos de la capital cubana, pero sumido en una calma propicia, el no gubernamental Centro Memorial Dr. Martin Luther King Jr (CMMLK) ha marchado junto a la población desde hace dos décadas en busca de un sistema social más participativo.

Según su propia definición, es "una organización macroecuménica de inspiración cristiana que acompaña solidaria y proféticamente al pueblo cubano y a sus iglesias en la formación para la participación popular consciente, organizada y crítica, empeñada en un proyecto socialmente justo".

A partir del compromiso con "el proyecto socialista de la Revolución Cubana" y de las convicciones religiosas, "hemos orientado las manecillas de nuestro reloj hacia el Sur, porque en el Sur está la evangelización, están los pobres", señaló el reverendo Raúl Suárez, director del centro, al celebrar esta semana el vigésimo aniversario de su fundación.

Suárez, pastor de la Iglesia Bautista Ebenezer de la localidad habanera de Marianao, fue uno de los gestores principales de esta iniciativa, surgida como homenaje a Martin Luther King, luchador estadounidense por los derechos civiles en su país, e impulsada por el deseo de incorporar a estos fieles cristianos a la "construcción de una sociedad fraterna".

El CMMLK ha articulado su trabajo a través de cuatro programas: comunicación popular; reflexión y formación socioteológica y pastoral; educación popular y acompañamiento a experiencias locales, y solidaridad.

El primero de ellos respalda los procesos alternativos de comunicación que emergen de los otros programas, además de tratar de incidir en el campo cultural y académico de Cuba y fortalecer la capacidad comunicativa de los movimientos sociales en América Latina.

Para conseguir ese propósito, cuenta con la revista Caminos, de pensamiento socioteológico cubano, un boletín en formato impreso y digital con actualización sobre la labor del centro, la editorial Caminos y una productora audiovisual con el mismo nombre, y el servicio de información y documentación Paulo Freire, situado en el edificio sede.

La preparación de líderes jóvenes de las iglesias cubanas ocupa al programa de formación socioteológica y pastoral, animado por la promoción del compromiso y la responsabilidad social desde el pensamiento religioso.

En su origen, el CMMLK adoptó las ideas de la educación popular del pedagogo y filósofo brasileño Paulo Freire (1921-1997), creadas en los años 60. Aunque al principio fue recibida con cierta reticencia por las autoridades, la entrada de esta concepción en esta isla caribeña llamaba a profundizar las transformaciones culturales generadas por la Revolución.

La educación popular constituye una "propuesta definitivamente anticapitalista, antihegemónica, cuestionadora de esa cultura occidental que naturaliza las relaciones de dominación de unos grupos sociales sobre otros", explicó a IPS María Isabel Romero, coordinadora del programa.

Según la especialista, esas relaciones de dominación se manifiestan en escenarios tan cotidianos como la familia, la escuela o la pareja, todos marcados en mayor o menor medida por relaciones de poder asimétricas y, en no pocas veces, autoritarias.

"La educación popular provoca cambios en las visiones y concepciones de las personas, individualmente, que repercuten en sus prácticas sociales", indicó Romero, quien cita transformaciones como "aprender a escuchar, a trabajar en grupos, a construir propuestas de manera colectiva, a asumir relaciones comunicativas horizontales, es decir, a dialogar."

El CMMLK, creado 25 de abril de 1987, realiza periódicamente talleres de formación sobre los fundamentos y métodos de la educación popular, en su sede o a distancia. Además, asesora a proyectos de trabajo comunitario o de otro tipo que promuevan el fortalecimiento de actores territoriales, la participación y la gestión popular.

En la Universidad Agraria de La Habana funcionan tres de los grupos de formación en educación popular acompañada a distancia, que han conseguido reformar los planes de estudio y las concepciones básicas del extensionismo agrícola promovido por esa institución docente.

A partir de la colaboración con el CMMLK, la cátedra de extensionismo agrario entendió "que debía insertar estos presupuestos participativos en la formación del agrónomo y de otros técnicos de campo".

Así, a partir de ahora se toman en cuenta los conocimientos del campesinado antes de introducir innovaciones tecnológicas, dijo a IPS Julia María Fernández, profesora de comunicación.

Un contacto también estrecho entre la academia y los sectores populares establece el gubernamental Centro de Desarrollo Local, que ha incorporado los conocimientos de la educación popular a la actividad de los gobiernos municipales, particularmente en Jatibonico, unos 360 kilómetros al este de la capital cubana.

En este trabajo se han enfrentado no pocos obstáculos, pues "estamos en una sociedad que, como casi todas las del mundo, trae una cultura de dominación", advirtió el ingeniero Humberto Pomares, especialista de ese centro.

"Aunque tiene un discurso revolucionario, mantiene métodos y costumbres de la dominación", enfatizó.

"Hay un montón de prejuicios cuando se plantea una reflexión sobre el poder, porque existe la creencia de que cambiar los estilos de dirección, de distribuir el poder, debilita al proceso revolucionario", señaló.

El programa de solidaridad, en su relación con las organizaciones sociales de Estados Unidos, ha sido duramente afectado por las restricciones a la salida para Cuba decretadas en 2004 por el gobierno de George W. Bush. El intercambio con grupos de ese país, a través de viajes en uno u otro sentido, ha caído en picada desde entonces.

Sin embargo, la labor continua de años anteriores, sobre todo con el sector eclesial de la nación de América del Norte, ha sido muy útil "para trasmitir otra visión sobre la realidad cubana y la realidad latinoamericana", sostiene Ariel Dacal, especialista del CMMLK.

El centro participa de manera activa en el Foro Social Mundial, en las campañas contra la militarización y la deuda de los países pobres, así como colabora con los Encuentros Hemisféricos de lucha contra los Tratados de Libre Comercio y por la Integración de los Pueblos.

Para Dacal, está claro que habría sido imposible realizar esta dimensión solidaria si aquel proyecto nacido hace 20 años en una pequeña iglesia habanera "no hubiera trascendido esos límites y las fronteras mismas de Cuba."

El CMMLK fue condecorado con la Medalla Alejo Carpentier, otorgada por el Consejo de Estado de Cuba, en reconocimiento a su labor durante dos décadas.

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