Los gobernantes sudamericanos bautizaron la naciente Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) con un energético cóctel de combustibles, pues decidieron cobijarlos a todos, dejando atrás polémicas sobre carburantes de origen fósil o agrícola.
Unasur, nuevo nombre que casi tres años después recibe la Comunidad Sudamericana de Naciones, se estrenará con una secretaría permanente con su sede en Quito, y con un Consejo Energético, integrado por los ministros del ramo, que actuará como órgano de diseño de estrategias y planificación para el sector.
A la cita en esta isla del Caribe venezolano asistieron los presidentes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay y Venezuela, en tanto Guyana, Perú, Surinam y Uruguay fueron representados por vicepresidentes o ministros.
La Cumbre "ha puesto las bases para un acuerdo sudamericano que incluya el tema del petróleo, el gas, los combustibles alternativos, a partir de productos agrícolas como la caña de azúcar, la palma africana, y el tema de la energía hidroeléctrica", dijo el presidente colombiano Álvaro Uribe.
Venezuela propuso elaborar un Tratado Energético para que la región se garantice la producción y el suministro de los recursos energéticos que necesita para su desarrollo. Ecuador respaldó la iniciativa, pues "con conexiones podemos garantizar nuestra autosuficiencia energética", dijo su presidente Rafael Correa.
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Según Correa, la cita en Margarita "habría valido la pena si sólo hubiese servido para aclarar que no hay contradicción, sino complementariedad, entre los combustibles de origen fósil, no renovables, y los biocombustibles, que pueden renovarse".
La Cumbre fue precedida por polémicas acerca del etanol, cuyo desarrollo han pactado Brasil y Estados Unidos bajo críticas de los presidentes Fidel Castro de Cuba y Hugo Chávez de Venezuela, pero luego el anfitrión venezolano acogió la tesis de la complementariedad "siempre que no se perjudique la producción de alimentos".
Según Marco Aurelio García, asesor para asuntos internacionales del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, América del Sur puede ser "la primera potencia energética, si somos inteligentes, pues tenemos petróleo, gas, biocombustibles, hidroelectricidad, energía eólica y nuclear".
Chávez, "muy feliz por esta Cumbre perfecta", alertó que la región debe prepararse "para la crisis energética que viene", pues incrementará dentro de 15 años en 127 por ciento su actual consumo de gas (175.000 millones de metros cúbicos anuales) y en 47 por ciento su consumo de petróleo, que llegará entonces a 11 millones de barriles (de 159 litros) por día, según estudios privados que citó. Los presidentes sostuvieron una reunión informal, de diálogo político, la noche del lunes, y allí acordaron dar el paso a Unasur y establecer una secretaría permanente en Quito. En la baraja de nombres para estrenar esa oficina figuran el brasileño García y el ex presidente ecuatoriano Rodrigo Borja.
También hubo cruce de puntos de vista sobre la propuesta de un Banco del Sur, iniciativa de Argentina, Ecuador y Venezuela, y a la que Brasil se muestra renuente. "No vamos a comernos un plato ya hecho, queremos ir a la cocina y participar en la elaboración de ese plato", dijo gráficamente García.
Este martes fue la sesión formal dedicada a la energía, y se adoptó como declaración final el texto "Construyendo la Integración Energética del Sur", primer marco para las asociaciones proyectadas o en desarrollo.
Como el objetivo era establecer el brazo energético de la integración sudamericana, se pasaron por alto en el documento proyectos concretos, que gravitaron como muestras del potencial de cooperación y negocios.
Figuran el Gasoducto del Sur, de al menos 8.000 kilómetros, que cruzaría la Amazonia para llevar el fluido desde el Caribe venezolano hasta el Río de la Plata, el Transcaribeño, que enlaza el norte de Venezuela y de Colombia, la construcción de refinerías y de petroquímicas y asociaciones varias entre petroleras estatales.
También gravitó el pacto de Argentina, Bolivia y Venezuela, al que fue invitado Perú, para constituir una organización regional de países productores y exportadores de gas. Brasil solicitó su inscripción, dijo García, por su doble condición de productor e importador, en lo que pareció una jugada para preservar ese interés dual.
"No tiene cabida en una reunión de este tipo defender una OPEP del gas", dijo el canciller brasileño Celso Amorim, en alusión a la Organización de Países Exportadores de Petróleo. "Pero si ellos lo hacen, es su problema", añadió.
El ministro brasileño de Energía se mostró contrario a la iniciativa de sus vecinos pues "en principio nos oponemos a la segregación de productores contra consumidores" de gas. Argentina, aunque exportadora, también importa gas boliviano.
La Cumbre enmarcó reuniones bilaterales y, una vez concluida, comenzó una visita oficial a Venezuela de la presidenta chilena Michelle Bachelet, cuya asistencia a Margarita estuvo en duda cuando el Senado de su país y Caracas chocaron por la decisión venezolana de revocar una concesión a una televisora de oposición.