El movimiento social de Honduras dio su mayor demostración de fuerza en los últimos tres años, al paralizar el martes el país en protesta por el atraso en aprobar dos leyes orientadas a regular la explotación minera y forestal. Liderados por el obispo del occidental departamento de Copán, Luis Alfonso Santos, los manifestantes detuvieron por más de tres horas el tráfico carretero.
«La toma fue pacífica, pero esto es una advertencia. Si el gobierno sigue incumpliendo los compromisos suscritos hace ocho meses, vamos a intensificar nuestras acciones», dijo a Tierramérica Renán Valdez, de la Alianza Cívica por la Democracia.
Buscando aplacar los ánimos de los integrantes de la Alianza y de la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular, organizadoras de la protesta, el presidente Manuel Zelaya había prometido sancionar en 2006 las dos leyes, estancadas desde hace más de seis años.