Los sismos que desde el 22 de enero se registran en la austral ciudad chilena de Aysén se deben a que el magma ubicado bajo el suelo marino presiona por salir a la superficie, por lo que expertos no descartan una erupción volcánica. «Al no haber ninguna evidencia de que el magma haya migrado ni lateral ni verticalmente, no es posible predecir si éste encontrará el equilibrio en profundidad y comenzará a enfriarse, o logrará abrirse paso y llegar a la superficie», indicó a Tierramérica el jefe del Departamento de Geología Aplicada del Servicio Nacional de Geología y Minería, Jorge Clavero.
El epicentro de los sismos –que continúan– es 20 kilómetros al noroeste de Puerto Chacabuco, en el fiordo Aysén, a 10 kilómetros de profundidad. Mientras, los sismos continúan.