El aceite de la palmera inajá (Maximiliana regia) rechazada como maleza, alimentará pequeñas centrales que generarán electricidad para comunidades aisladas en las fronteras amazónicas. Un proyecto piloto capaz de abastecer a 40 familias arrancará en marzo en el septentrional estado de Roraima, que limita con Venezuela y Guyana.
“Se usará aceite al natural y no biodiesel, que exige tecnología compleja para tales rincones”, explicó a Tierramérica Antonio Carlos Cordeiro, jefe del centro de Roraima de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria.
Aún se ignora la productividad de la palmera, que es muy resistente a incendios, pero entre 40 y 60 por ciento del fruto es aceite, según Cordeiro.