El intento del gobierno mexicano de Felipe Calderón por recomponer las relaciones con Cuba y Venezuela choca con los obstáculos que ponen su antecesor, Vicente Fox, y otros correligionarios suyos en el país y en la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA).
La política exterior de Calderón aparece enfrentada a la postura de su propio partido, el conservador Acción Nacional (PAN), y a la ODCA, que integra, lo cual frustra sus acercamientos con algunos países de América Latina, según analistas consultados por IPS.
Manuel Espino, jefe del PAN y actual presidente temporal de la ODCA, y Fox, quien es candidato a presidir la Internacional Demócrata de Centro (IDC), advirtieron que combatirán el eje "populista de corte radical y socialista", que, a su entender, lidera en América Latina el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Delegados de la ODCA, presentes en México el fin de semana para celebrar el 60 aniversario de la organización, difundieron documentos en lo que se indica que apoyarán "incondicionalmente al pueblo venezolano para que encuentre en la democracia el camino que nunca debió haber dejado".
El activismo "desatado" del PAN, de la ODCA y de Fox lesionará la imagen del presidente Calderón y frustrará sus intentos de acercamiento con Cuba y Venezuela, alertó ante la consulta de IPS el experto en política internacional y catedrático Alejandro Carranza.
Calderón, que asumió en diciembre, prometió retomar en los seis años de gobierno las posiciones de liderazgo que México tuvo en América Latina hasta mediados de los años 90. En ese sentido, señaló que era una prioridad acercarse a Cuba y Venezuela, con los que Fox (2000-2006) tuvo conflictos.
Delegados de México mantienen desde comienzos de año discretos acercamientos con funcionarios de los gobierno de esos países. Pero han sido lentos y cada vez más complicados, reveló a IPS una fuente diplomática que prefirió el anonimato.
Las declaraciones y actitudes del ex presidente y las de la ODCA "representan piedras en el camino" para la diplomacia, dijo la fuente.
Fox declaró la semana pasada que tomará su caballo y comenzará "a cabalgar para promover la democracia" en Venezuela y en otros países, donde a su entender hay corrientes demagógicas y populistas que "hundirán más a sus sociedades y harán más pobres a los pobres".
La cancillería mexicana se apresuró a difundir un comunicado en el que aclaró que tales comentarios fueron hechos a título personal e hizo votos para que no afecten los esfuerzos que el gobierno hace para reconstruir la relación con Caracas.
Chávez reaccionó con molestia, aunque no se refirió a la relación con México. El viernes declaró que el ex presidente mexicano, al igual que los ex mandatarios José María Aznar, de España, y Alejandro Toledo, de Perú, le dan "asco y lástima".
"Yo que los vi arrastrarse, babosos, delante del Imperio (Estados Unidos), a mí lo que me producen es asco y lástima", expresó.
Fox, Aznar y Toledo tuvieron en sus respectivas gestiones duros enfrentamientos verbales con Chávez, quien los acusaba de seguir los designios de Washington.
En el caso de Fox, los roces impactaron las relaciones bilaterales, al punto que México y Venezuela retiraron a sus respectivos embajadores, situación que se mantiene hasta ahora.
La administración de Fox tuvo también varios enfrentamientos menores con Argentina y con Chile y se distanció de Brasil, todos gobernados por partidos centroizquierdistas.
Si Fox y Espino no le bajan a su activismo, los gobiernos de Venezuela, de Cuba o de cualquier otro país tendrían motivos fundados para ver con recelo cualquier acercamiento de Calderón, declaró a IPS Estela Tello, experta en cuestiones internacionales de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Los roces del actual mandatario mexicano con Fox y Espino se hicieron evidentes desde las elecciones internas del PAN para elegir a su candidato presidencial en 2005. Calderón no era el preferido de ellos, pero las ganó y con amplitud.
Como mandatario, Calderón no tuvo hasta ahora enfrentamientos públicos con Fox, pero con el jefe del PAN, Espino, fueron evidentes. Incluso, se ha visto al presidente en varias ocasiones evitar darle la mano o hacerlo con evidente frialdad.
En junio, el PAN celebrará una convención nacional para renovar a su plana de consejeros y delegados. En esa cita se enfrentarán las corrientes de Espino con la de Calderón.
Espino pertenece al sector más duro y conservador del PAN, mientras el presidente tiene una posición centrista y más negociadora.
"Da la impresión de que Calderón enfrenta a tres grandes partido de oposición", al izquierdista de la Revolución Democrática, al ex gobernante Revolucionario Institucional y al propio PAN, señaló el politólogo y columnista de varios de comunicación mexicanos Mauricio Merino.
A diferencia de otros ex gobernantes mexicanos, Fox señala que no dejará la actuación política, aunque aclara que la centrará en acciones de corte internacional, tarea en la que lo anima el presidente del PAN.
Fox visitó la semana pasada Francia, donde se reunió con legisladores europeos de centro y derecha que pertenecen a la IDC.
Según trascendió, la intención del ex mandatario es postularse como candidato para presidir esa organización con sede en Bruselas y a las que pertenecen más de 100 partidos, entre demócratas cristianos y populares.
La IDC está presidida, desde inicios de 2006, por el líder de los democristianos italianos, Pier Ferdinando Casini, quien sustituyó en el cargo a Aznar.
El mandato tiene una duración de dos años, por lo que los líderes de la IDC deben reunirse a fines de este año para decidir si renuevan el mandato de Casini o lo sustituyen.