Más de 20.000 perros vagabundos viven a la intemperie en Cuba, amenazados por los automóviles y la violencia humana.
Según la Sociedad Mundial para la Protección Animal, en el planeta hay 480 millones de canes en similar situación.
En Cuba, la mayoría de estos animales tienen un hogar estable, pero por culpa de sus dueños pasan casi toda la jornada fuera de casa, señaló Nora García, presidenta de la no gubernamental Asociación Cubana para la Protección de Animales y Plantas (Aniplant).
"Callejeros de verdad no son tantos. El medio no les ofrece posibilidades reales de sobrevivir y procrear, la sed y el hambre les merman la salud rápidamente, sobreviven con un huesito por aquí y agua sucia por allá, el sol implacable no les da mucha tregua y en su vagar constante se deterioran mucho", explicó a Tierramérica.
La falta de campañas masivas de educación y medidas de control aleja la solución, pese a esfuerzos aislados de organizaciones, personalidades de la cultura, clínicas veterinarias cercanas a Aniplant e instituciones estatales.
Una desparasitación masiva de perros fue realizada el 8 marzo por especialistas del Acuario del centro histórico de La Habana Vieja. Quienes llevaron perros callejeros recibieron una dosis extra de un producto donado por la representación de la empresa alemana Bayer.
Allí acudió Deivis Garzón con sus seis mascotas, dos de ellas recogidas en la calle. "Hay muchos perros que propagan pulgas y sarna", dijo a Tierramérica. Él y su esposa ya recogieron varios cachorros, que luego entregan a sus amistades.
"En la Oficina del Historiador defendemos a ultranza la educación" ambiental a través de escuelas, museos y medios de comunicación, expresó a Tierramérica José Vázquez, director del Acuario.
Creada en 1938 con fines culturales, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana recibió poderes extraordinarios en 1993 para encargarse de la gestión económica del centro histórico, autofinanciar las labores de conservación del patrimonio e impulsar programas sociales a favor de una población de más de 70.000 personas.
"El ambiente no es solamente una mata y un pajarito. Es La Habana Vieja, es el entorno que rodea a la gente", explicó Vázquez.
La educación ambiental en este país "no puede preocuparse más por un bosque o por un río que por un simple perro sin dueño: ambos merecen, humana y ecológicamente, la misma atención y similar conciencia de su importancia y lugar en el entramado de la vida en la Tierra", alertó el escritor cubano Leonardo Padura.
Padura ha denunciado la impunidad con que se maltrata a los animales y ha presentado la figura del perro callejero como "un grito de alarma que, al parecer, muy pocos oyen".
En los últimos años de crisis económica, resurgió una faceta aún más violenta de este problema: las peleas de perros. Las apuestas pueden superar los 120.000 pesos (5.400 dólares), e incluir una casa, una motocicleta o un automóvil.
En esta práctica se involucran actividades como "drogas, alimentos, películas, entrenamientos, casas de apuestas, alquiler de áreas para pelear, entrenadores Incluso entran de otros países a lucrar aquí, y ocurre algo tan terrible como la participación de niños y adolescentes, sus principales promotores y simpatizantes", señaló García.
Su organización advirtió a las autoridades, pero la situación sigue sin cambios. "Un perro entrenado para pelear y su dueño son más peligrosos que una ametralladora cargada", declaró.
La violencia entre canes también es cotidiana en los asilos estatales, donde se amontonan los capturados en la calle. Allí permanecen al menos 72 horas si no son reclamados, antes de morir por inyección de estricnina que les provoca una parálisis cerebral.
En Cuba no hay protección legal para estos animales.
A fines de los años 80 la Aniplant presentó un proyecto de ley sobre protección y bienestar animal, pero aún no recibió respuesta.
Desde 1991, Aniplant realiza campañas de esterilización canina. Para ser efectiva, la castración debe cubrir más de 80 por ciento del total de perros en una zona determinada, cifra inalcanzable con los escasos recursos de la organización.
En tanto, la Oficina del Historiador busca financiamiento para establecer un asilo que daría tratamiento a un centenar de animales y los hospedaría transitoriamente hasta entregarlos a "personas responsables", dijo Vázquez.
* La autora es corresponsal de IPS. Este artículo fue publicado originalmente el 31 de marzo por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.