Los problemas económicos, el desempleo y la escasez de oportunidades, las frecuentes denuncias de corrupción y el marcado retroceso portugués respecto del resto de Europa son los motivos más aducidos para explicar la resurrección mediática del dictador Antonio de Oliveira Salazar.
Gran parte de los medios de comunicación académicos e informativos tratan de explicar por qué Salazar, principal exponente de la dictadura de 48 años depuesta por los capitanes izquierdistas el 25 de abril de 1974, fue escogido en un concurso de la estatal Radio Televisión Portuguesa (RTP) como "el mayor portugués de siempre".
El programa "Los Grandes Portugueses", basado en el formato de la radio y televisora británica BBC y reproducido también en otros países, comenzó en la noche del 25 y se prolongó hasta avanzadas horas de la madrugada del lunes 26, cuando se anunció el cómodo triunfo de Oliveira Salazar, con 41 por ciento de los votos de la audiencia, seguido por el desaparecido líder del comunismo lusitano Álvaro Cunhal, que logró 19 por ciento de las preferencias.
El historiador y ex diputado José Pacheco Pereira dijo el martes al diario Público de Lisboa no estar sorprendido, porque "el modelo del programa favorecía la movilización de militantes en torno de Salazar y Cunhal, los dos nombres que de alguna manera personificaron las divisiones entre portugueses en el siglo XX".
La lista de 10 finalistas incluía al almirante Vasco da Gama (1469-1524), los reyes Afonso Henríques, fundador del país que vivió en el siglo XII) y João II (siglo XV), el príncipe Henrique "El Navegante" (1394-1460), Sebastião Carvalho de Melo (regente de Portugal, siglo XVIII), los poetas Luiz Vaz de Camões (1524-1580) y Fernando Pessoa (1888-1935), y Arístides de Sousa Mendes (1885-1954), cónsul en Francia que salvó la vida a miles de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
¿Cómo es posible que el fundador de "O Estado Novo", la más prolongada dictadura europea del siglo XX, venciese holgadamente a las mayores figuras de la rica historia portuguesa?
Una posible respuesta la dio a IPS José Rebelo, profesor de sociología de la información y vicepresidente de la Federación Internacional de Derechos Humanos.
El significado no se traduce en una voluntad de retorno al salazarismo, porque "no hubo un voto a Salazar, sino votos diferentes a Salazar, que expresan intenciones diferentes, desde votar por él para manifestar desencanto en relación a la política, hasta quien lo hizo para expresar un sentimiento de rebeldía o desafío e incluso como provocación", dijo.
"Un concurso es un concurso y nada más que eso. Se puede argumentar que el conjunto de los que decidieron participar no constituye una muestra sociológica representativa. Todo eso es verdad, pero cuando más de 40 por ciento de los miles de votos recibidos por la RTP corresponden a preferencias por Salazar, existen motivos para reflexionar", afirmó.
En opinión de Adelino Gomes, redactor principal de Público, "todos dicen que Salazar ganó un concurso, no una elección, pero hay quien llega a hablar de una 'muerte simbólica del 25 de abril', cuando observa la victoria aplastante del dictador sobre reyes, navegantes, poetas y políticos de toda la historia".
Esas figuras quedaron relegadas por el profesor de la Universidad de Coimbra, Antonio de Oliveira Salazar (1889-1970), invitado a ocupar la cartera de Finanzas por la dictadura militar que en 1926 derrocó al gobierno republicano, y quien, con plenos poderes, se destacó como hombre fuerte del régimen.
En tiempos en que la política se hacía con pistolas sobre la mesa, su proyecto político, "O Estado Novo", de estructura económica corporativa, fue el primero inspirado claramente en las directrices del magisterio de la Iglesia Católica.
En 1930 Salazar fundó la Unión Nacional —inspirado en Benito Mussolini, que gobernaba Italia desde 1922— para asumir en 1932 la presidencia del Consejo de Ministros, iniciando una labor coherente con su catolicismo y la necesidad de regenerar el país, colocando las bases de un régimen superador del liberalismo democrático y alimentado en las encíclicas papales Rerum Novarum (1891) y Quadragesimo Anno (1931).
Con poderes ilimitados, fundó la Policía Internacional y de Defensa del Estado (PIDE), prohibió toda oposición y, pese a presiones internacionales, persistió en mantener un vetusto imperio, que incluía las colonias africanas de Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique, Santo Tomé y Príncipe, y las asiáticas Goa, Diu, Damão, Macao y Timor Oriental, bajo la consigna "Portugal, orgullosamente solo".
La primera gran derrota internacional de Salazar fue en India en 1961, cuando el entonces primer ministro Jawaharlal Nehru envió un millón de soldados a recuperar los enclaves lusos. Las guarniciones militares recibieron desde Lisboa una orden perentoria: "De vuelta a Portugal sólo soldados victoriosos o muertos".
La rendición del gobernador del llamado Estado Portugués de India, general Antonio Vassalo e Silva, fue el detonante del inicio de la guerra de liberación en Angola, Guinea-Bissau y Mozambique, que se saldó con miles de muertos de ambas partes y terminó cuando los capitanes tomaron el poder en 1974, al derrocar a Marcello Caetano, sucesor de Salazar desde 1968.
La bitácora de la dictadura incluyó miles de torturados por la PIDE y enviados a campos de concentración en África y Timor.
Augusto Vilela, periodista estrechamente vinculado al Diario de Lisboa, único periódico que el régimen no dominó, dijo a IPS que la elección del viejo dictador "a través de una votación en la estación pública de televisión, en confrontación con las grandes figuras de la historia, es un hecho vergonzoso para los autores de la iniciativa y para el poder político que lo permitió".
"Fue chocante para los sectores democráticos, al tiempo que causó una alegría estratégicamente contenida de una derecha que desde la revolución de 1974 espera su oportunidad", añadió.
Lo ocurrido es parte de un fenómeno del que hacen parte "un numero significativo de medios de comunicación en todo el mundo, principalmente televisiones, dirigidos por individuos sin ninguna estructura intelectual, de principios y de valores, sino meros capataces de periodistas y vendedores de información-espectáculo", agregó.
Para Miguel Carvalho, columnista de semanario Visão On-line, "de tanto tratar con taxistas, oír protestas en el autobús y amargos comentarios en el (tren) metropolitano, tengo la teoría de que los portugueses escogieron a Salazar por venganza" ante la situación que vive el país.
"Portugal tiene un pueblo raro, que se muerde los labios y raramente habla de frente", pero como "pasa el día y la noche frente al televisor, el portugués mañoso usó ahora el telecomando y escogió a Salazar, que estaba a mano, a manera de protesta codificada, para simbolizar en el viejo padre tirano a los muchos salazaritos que hoy le arruinan la vida", concluyó Carvalho.