La Red Pueblos Forestales instaló antenas y equipos para conectar a Internet ocho comunidades del interior de Brasil y 30 oficinas urbanas de apoyo con el fin de convertirlas en agentes ambientales. La red logró del gobierno el compromiso de extender la conexión a otros 150 poblados indígenas, negros, ribereños y extractivistas.
Constituida en 2003, la Red sólo acepta comunidades aprobadas en una evaluación durante un seminario en el que deben demostrar «identidad cultural clara y fuerte», explicó a Tierramérica Joao Augusto Fortes, presidente de la Asociación de Cultura y Medio Ambiente, co-impulsora del movimiento.
Conectadas, esas comunidades son capacitadas y pueden denunciar rápidamente invasiones, deforestación y otros delitos, en defensa propia y del ambiente. Además divulgan su cultura, pueden desarrollar ecoturismo y exportar sus «productos sustentables», destacó Fortes.