DESARROLLO-ÁFRICA: Crecimiento por sí solo no da trabajo

El tan mentado concepto de «ayuda a cambio de comercio» debe rediseñarse para que «lo central deje de ser la apertura de mercados, y se planteen objetivos más importantes como el de reducir la pobreza».

Así se expresó Mohammed Ali Rashid, profesor de Economía de la Facultad de Artes y Ciencias Sociales de la Universidad Norte Sur de Bangladesh.

La apertura comercial puede impulsar el crecimiento económico, pero éste por sí solo no creará fuentes de trabajo ni aliviará la pobreza.

Hay muchas razones para ser escéptico respecto de la existencia de "un vínculo general y no ambiguo entre la apertura comercial y el crecimiento" económico, indicó Rashid en una conferencia realizada del 15 al 16 de este mes.

La encuentro "Vínculos entre Comercio, Desarrollo y Reducción de la Pobreza" fue organizado en Nairobi por la organización no gubernamental india Consumer Unity and Trust Society (CUTS).

"Muy pocos países crecieron en forma sostenida sin que aumentara el peso de su comercio exterior en el producto interno bruto", indicó Rashid, pero añadió que la liberalización comercial no debe considerarse en forma aislada.

Si ese mecanismo estimula la demanda de productos que requieren mucha mano de obra local, aumentará la demanda de trabajadores al igual que los salarios o la oferta de empleo, o ambos.

"Pero si en general los pobres no tienen capacitación, y aumenta la demanda de mano de obra semicalificada, la pobreza será la misma o empeorará", indicó Rashid.

Un ejemplo de ello podría ser Sudáfrica.

"Se necesitarán políticas adicionales para atenuar los efectos que exacerban la pobreza", señaló.

"En especial, las políticas complementarias deben desempeñar un papel importante acompañando reformas comerciales, tanto para reforzar la protección social a los perjudicados con la liberalización comercial como para mejorar las posibilidades de los pobres", enfatizó Rashid.

Además insistió en que los gobiernos deben diseñar estrategias a favor de los pobres, como políticas que garanticen que los beneficios de las exportaciones lleguen a todos.

Rashid cuestionó la "ayuda a cambio de comercio", un instrumento con el cual las naciones del Norte industrializado ayudan a las del Sur, más pobres y en desarrollo, a ingresar a los mercados mundiales.

Ese concepto se difundió a partir de la declaración final de la reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), realizada en Hong Kong en 2005.

Tanto las naciones del Norte como las del Sur reconocieron que las limitaciones locales con frecuencia impiden que los países más pobres tengan oportunidades en los mercados internacionales.

Mediante la "ayuda a cambio de comercio", los estados más ricos prometieron colaborar para que los más pobres diversifiquen y expandan sus bienes y servicios.

La asistencia incluye contribuir a la mejora de la competitividad y a la capacitación de las naciones en desarrollo para que puedan participar en las negociaciones comerciales internacionales, según un folleto distribuido por CUTS.

Rashid considera que "las iniciativas en el marco de la ayuda a cambio de comercio deben dejar de centrarse en el aspecto comercial y contribuir a la reducción de la pobreza y el desarrollo".

"La capacidad negociadora de las naciones en desarrollo deben reforzarse para que los acuerdos alcanzados en las rondas multilaterales en la OMC reflejen de forma significativa los intereses de los más pobres", señaló.

La liberalización de los mercados y la eliminación de los aranceles a las importaciones y exportaciones provocarán una disminución en las ganancias de las naciones pobres, alertó en la conferencia Christine Menca, jefa de Comercio Internacional, Economía y Ambiente de CUTS.

Esos aranceles suelen significar un ingreso substancial para esos países.

"Muchas naciones en desarrollo obtienen 50 por ciento de sus ingresos por esa vía. Si se liberalizan los mercados, se perderán esas ganancias. Varios analistas consideran que deben compensarse esas pérdidas con sistemas alternativos como el impuesto al valor agregado", señaló Menca.

Pero ese impuesto ha sido cuestionado por ser una medida contra los pobres por su aplicación indiscriminada y demasiado abarcativa.

Otra forma de compensar las pérdidas es que los gobiernos aumenten los precios de alimentos, combustible y otras mercancías, otra iniciativa perjudicial para los pobres, señaló Rashid.

"Ningún país se industrializó liberalizando primero el comercio antes de proteger sus propios intereses", sostuvo Brendan Vickers, veterano investigador del Instituto para el Diálogo Global, con sede en Sudáfrica..

Así lo hicieron países poderosos como Estados Unidos y Gran Bretaña. "Pero la OMC no aprueba esas medidas de protección", añadió.

Organizaciones de la sociedad civil también están preocupadas por la "ayuda a cambio de comercio", según Vickers. Muchas temen que no haya nuevos recursos, sino una redistribución de los ya existentes destinados a nuevas iniciativas de desarrollo social.

También cuestionaron su enfoque exclusivo en la asistencia técnica y la creación de una capacidad negociadora.

Muchos oradores enfatizaron en la conferencia la necesidad de una mayor participación de la sociedad civil en las políticas de sus gobiernos.

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