La visita a Cuba a partir de este domingo del canciller de España, Miguel Ángel Moratinos, remarca el «buen nivel» de las relaciones bilaterales, en contraste con el enfriamiento del vínculo con la Unión Europea (UE).
Moratinos cumplirá en La Habana un "amplio programa", que incluye conversaciones con el ministro de Relaciones Exteriores Felipe Pérez Roque y "con dirigentes del Estado y el gobierno cubanos", indica una nota oficial difundida este jueves.
Más explícito, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España informó el miércoles en un comunicado que el canciller estará acompañado de las secretarias de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, y para la Cooperación Internacional, Leire Pajín.
Según Madrid, el repaso de las relaciones bilaterales abarcará los ámbitos político, económico, cultural y de cooperación, entre otros. La visita responde a una invitación del canciller cubano, quien se entrevistó con Moratinos en España el día 17.
A su regreso a La Habana, Pérez Roque calificó la reunión de muy positiva y cordial, pero alertó que los vínculos con la UE no han salido de la situación de enfriamiento y parálisis de los últimos años. "Hemos dejado claro que la normalización de las relaciones con Cuba deben basarse en el respeto a la soberanía nacional y el derecho de los cubanos a elegir su propio destino", recalcó el canciller cubano.
Cuatro días antes de la llegada del visitante, opositores consultados por IPS aseguraron no haber recibido señales de estar incluidos en la agenda de la delegación española, aunque tampoco lo descartaban.
"Obviamente, los encuentros con personalidades políticas de ese país son importantes, pero más relevante es que se pueda avanzar hacia la democratización de Cuba", indicó Manuel Cuesta Morúa, vocero de Arco Progresista, organización disidente cercana a la socialdemocracia.
En su opinión, "si la visita ayuda en esa dirección será positiva". Cuesta figuró entre los opositores que se entrevistaron en septiembre pasado con el secretario de Estado de Asuntos Exteriores de España, Bernardino León, invitado a la Cumbre de los No Alineados en La Habana.
Las autoridades cubanas no ven con buenos ojos los contactos de sus invitados con miembros de la disidencia interna, a quienes considera contrarrevolucionarios y "mercenarios" al servicio de la política hostil de Estados Unidos.
De modo que esa reunión habría costado la cancelación de, al menos, un par de entrevistas oficiales previstas en semanas subsiguientes.
"Suele aplicarse la reciprocidad en estos casos. Los opositores no tienen representatividad legal en este país", comentó una fuente cercana a la cancillería.
El gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero postula desde mediados de 2004 una postura hacia Cuba más flexible y proclive al diálogo que la línea dura sostenida por su antecesor, el derechista José María Aznar.
En octubre de ese año, el embajador español en Cuba, Carlos Alonso Zaldívar, sorprendió a los invitados a su fiesta nacional con el anuncio de que su país trabajaría por el mejoramiento de las relaciones bilaterales y un cambio en la política de la UE.
El diplomático añadió que producto de una reflexión entre España y sus socios de la UE se había alcanzado consenso "sobre la dudosa utilidad práctica" de las medidas con que en junio de 2003 reaccionó Bruselas al arresto de 75 opositores y el fusilamiento de tres secuestradores de una embarcación. El paquete incluía la disminución de las visitas gubernamentales y la colaboración cultural, así como la decisión de invitar a opositores a las fiestas nacionales de los países miembros de la UE y la revisión de la Posición Común del bloque hacia Cuba vigente desde 1996.
Las relaciones entre La Habana y Bruselas retrocedieron a su mínima expresión entre el segundo semestre de 2003 y 2004. En las recepciones de las embajadas comunitarias era posible encontrar a muchos disidentes, pero a ningún representante del gobierno cubano.
En enero de 2005, la UE suspendió esas disposiciones, aunque no todos sus embajadores dejaron de invitar representantes de la disidencia a sus recepciones oficiales, el aspecto del paquete que mayor irritación causa al gobierno de Fidel Castro.
El mandatario cubano, quien convalece desde julio pasado de una operación abdominal, ha dado muestras de franca recuperación en las últimas semanas, según versiones oficiales, al punto que no se puede descartar que aceptara ser visitado por Moratinos.
Tampoco se descarta que el jefe de la diplomacia española sea recibido por el primer vicepresidente Raúl Castro, quien sustituye de manera provisional a su hermano mayor en la jefatura de Estado y del gobierno.
En ese caso, se estaría remarcando no sólo el buen nivel de las relaciones bilaterales, sino una postura dentro de la UE que La Habana considera independiente y con un enfoque "verdaderamente europeo".
España es el tercer socio comercial de Cuba, aunque superado con creces por Venezuela y China, que concentran, respectivamente, 21 y 15 por ciento del intercambio. ****** + Unión Europea (http://europa.eu.int/index_es.htm) (FIN/IPS/pg/mj/la eu ip hd sl fc/07)