Con la visita a México de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, se afianza la relación comercial que más se prodigó en América Latina —creció casi dos mil por ciento entre 1990 y 2006— y entra en vigor una alianza que podría beneficiar a países vecinos.
La socialista Bachelet, recibida este martes en México con deferencias poco usuales para una visita de Estado, y su anfitrión, el conservador Felipe Calderón, intercambiaron elogios y prometieron que la relación bilateral, interrumpida por la dictadura chilena de Augusto Pinochet (1973-1990), vivirá su mejor momento bajo sus mandatos.
Chile y México se exponen como las economías más abiertas de la región. Son los únicos países de América Latina que han firmado acuerdos de libre comercio con la Unión Europea y con Estados Unidos. Además, junto con Perú, son los únicos latinoamericanos miembros del Foro de Cooperación Asia-Pacífico.
Ambas naciones han adoptado decenas de otros tratados comerciales, incluido uno bilateral.
"Tenemos una visión compartida sobre los desafíos y las tareas que enfrentamos", dijo Bachelet. Los dos países impulsarán "una nueva y destacada presencia latinoamericana en el escenario internacional", apuntó Calderón. En el futuro regional no juega ser "de derecha o izquierda", sino compartir "un alto sentido de responsabilidad social", agregó. Calderón consideró que la presencia de su par y los acuerdos alcanzados confirman que "la vocación latinoamericana" será el sello de su gobierno.
Los dos gobiernos adoptaron un Acuerdo de Asociación Estratégica para impulsar la relación comercial, política, diplomática, cultural y los vínculos entre la sociedad civil. Tal instrumento creó además un fondo de dos millones de dólares anuales que servirá para impulsar proyectos de desarrollo, incluso en terceros países.
"Las relaciones comerciales experimentaron el mayor crecimiento que se haya registrado en la región latinoamericana, y tienen aún mucho futuro gracias a la firma del Acuerdo de Asociación Estratégica", dijo Aureliano Martínez, presidente de la Cámara de Comercio Chile-México.
Desde 1999, cuando entró en vigor el tratado de libre comercio común, y 2006, el intercambio pasó de 1.400 millones de dólares a casi 3.300 millones de dólares anuales, un crecimiento de más de 130 por ciento.
Pero si se compara el monto del comercio de 2006 con el de 1990, cuando se reanudaron las relaciones diplomáticas, se observa un aumento de casi 2.000 por ciento.
Incluso con ese exponencial repunte, el comercio con Chile representa menos de uno por ciento del intercambio internacional mexicano, mientras para el sudamericano equivale a 3,2 por ciento del suyo.
En opinión del académico mexicano Rolando Chacón, especialista en relaciones internacionales, la cercanía de los dos países está alentada por el hecho de ser "altamente complementarios en materia de comercio exterior" y no competir en nichos similares. México vende a Chile especialmente bienes electrónicos y le compra minerales, frutas y productos del mar.
Además, "a pesar de tener gobiernos ideológicamente opuestos, son los que más apostaron al libre comercio" en América Latina, dijo Chacón a IPS.
México recibió a Bachelet con un programa marcado por las deferencias. La mandataria fue condecorada con la máxima distinción oficial, recibida en sesión solemne del parlamento y honrada con las llaves de la capital. Además, mantuvo encuentros con líderes políticos oficialistas y opositores.
"Su sola presencia al frente del gobierno de Chile es para nosotros el símbolo palpable de que la profecía que hiciera Salvador Allende en su último mensaje al pueblo chileno desde el Palacio de la Moneda (casa de gobierno) se ha cumplido", dijo Calderón a sus visitantes.
El mandatario recordó así una frase célebre pronunciada poco antes de morir por el socialista Allende, quien gobernó desde 1970 hasta ser violentamente derrocado por Pinochet en 1973: "…mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor".
Calderón y todos los actores políticos mexicanos pusieron de relieve que este país abrió en los años 70 sus puertas a unos 10.000 exiliados que huían del régimen de Pinochet, con el que México cortó sus vínculos.
"Los amigos son amigos en las buenas y en las malas condiciones", dijo Bachelet. "Por ese gesto (acoger exiliados), gracias una vez más en el nombre del pueblo de Chile", añadió la mandataria, hija de un general que murió encarcelado por la dictadura de Pinochet.
Su primo, Hugo Miranda Bachelet, es uno de aquellos exiliados. Como encargado de la Casa Chile, que reúne a la comunidad chilena residente en México, saludó la visita de la presidenta a quien describió como una persona "súper alegre, amorosa, cariñosa, guapa, muy cantadora y valiente".
Entrevistado por el diario El Universal, Miranda agradeció la hospitalidad de México, país al que describió como "un mundo mágico" que ya hizo suyo.
En los últimos 17 años, todos los presidentes chilenos han viajado a México y recibido recíprocas visitas de los mandatarios mexicanos.
El primer jefe de Estado que visitó al ex presidente mexicano Vicente Fox fue el chileno Ricardo Lagos. Ambos gobernaron entre 2000 y 2006. Para Calderón, la de Bachelet es también la primera visita de Estado.
Tan cálidas relaciones tuvieron un pestañeo en 2005, cuando candidatos de los dos países compitieron por la secretaría general de la Organización de los Estados Americanos. En la contienda, el actual secretario José Miguel Insulza, de Chile, se impuso sobre el canciller mexicano Luis Ernesto Derbez.
Los dos postulados empataron en cinco rondas de votaciones, desnudando marcadas divisiones en el continente, pero especialmente entre Chile y México, entonces gobernado por Fox. Al final Derbez, quien contaba con apoyo de Washington, renunció a la candidatura.