La fama de los cigarros cubanos sigue creciendo, a contrapelo del embargo estadounidense y de las campañas antitabaco en las que se involucró inclusive el propio presidente Fidel Castro, a quien otrora era usual verle con un gran habano entre los labios.
"Cuesta resistirse ante un buen habano", confesó a IPS un turista europeo que compraba una caja de Cohibas, la marca otrora preferida de Castro, en una tienda especializada del céntrico hotel Habana Libre.
Pero la adhesión de este país tabacalero a las regulaciones internacionales contra el hábito de fumar obliga a acompañar el producto con advertencias sobre el daño que representan para la salud y el derecho de todos a "respirar aire puro".
El Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco establece normas en materia de publicidad, patrocinio, etiquetado, fijación de precios y aumento de impuestos, comercio ilícito y tabaquismo pasivo, entre otras cuestiones.
"Las campañas siempre dificultan la comunicación y la cultura de este tipo de productos. Pero el habano es un producto muy diferente al cigarrillo, con características especiales como tiempo de fumada, de relajación (
)", comentó a IPS Juan Girón, subdirector de mercado de la empresa comercializadora hispano-cubana Habanos SA.
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El directivo, de nacionalidad española, aseguró que los puros cubanos siguen teniendo muchísimo éxito, no sólo en Europa, donde están sus "mercados más maduros", sino también en países de "Oriente, en los que se aprecian crecimientos significativos".
Habanos SA logró el pasado año ventas por 370 millones de dólares, 10 por ciento más que 2005, informó a principios de este mes a medios cubanos de prensa Manuel García, vicepresidente de esa corporación integrada en partes iguales por Cubatabaco, propiedad del Estado, y la firma hispano-francesa Altadis.
Más de 60 por ciento de esas exportaciones se centraron en países europeos, España en primer lugar. También en el Medio Oriente y en el sudeste asiático el mercado evolucionó de manera muy dinámica, señaló García.
Sin embargo, España, Irlanda, Italia, Suecia, Francia y algunos otros países pusieron en vigor legislaciones antitabaco, que prohíben fumar en escuelas, hospitales y otros sitios públicos, lo cual conspira contra las ventas de esa industria.
El siempre ansiado mercado estadounidense, en tanto, continúa cautivo del añejo diferendo entre Estados Unidos y Cuba, que impide el comercio normal y en ambos sentidos entre los dos países.
Además, se mantiene el litigio entre ambos países por el registro en Estados Unidos de la marca Cohiba por parte de la firma local General Cigar, que lo hizo primero en 1978, para abandonar su uso a mediados de los años 80 y pedir una nueva inscripción a fines de 1992.
Cubatabaco, en cambio, comenzó la producción y explotación comercial de los habanos Cohiba en 1966, tres años después hizo el primer registro nacional de esa marca y en 1982 la lanzó internacionalmente.
La tendencia contra el tabaquismo se acentuará en la Unión Europea (UE). Su comisario de Sanidad, Markos Kyprianou, propuso a fines de enero último hacer más rigurosas las prohibiciones de fumar en lugares públicos para lograr el objetivo de una Europa "libre de humo de tabaco".
Según versiones periodísticas desde Bruselas, sede de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE, Kyprianou señaló que las restricciones parciales de consumo de tabaco en bares y restaurantes, los sistemas de ventilación o la separación física de los fumadores no son eficaces, porque no protegen a los fumadores pasivos ni a los trabajadores de esos locales. En ese sentido, la Comisión Europea es partidario de una política de "máxima prohibición", es decir de impedir sin excepciones que se fume en los lugares públicos. Estudios de la UE estiman que la exposición al humo del tabaco causa anualmente la muerte de 79.000 fumadores pasivos adultos en el bloque.
Cuba suscribió sólo en mayo de 2004 el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, aunque desde los años 70 hay advertencias sanitarias e información sobre la nocividad del tabaco.
En esta isla caribeña no está permitida la venta de tabacos a menores de 16 años. Además, se prohíbe fumar en los centros de educación, y a los trabajadores y pacientes en todas las instalaciones del Sistema Nacional de Salud.
Las autoridades sanitarias concedieron un permiso especial para que los participantes en el IX Festival del Habano, previsto del 26 de este mes al 2 de marzo en La Habana, puedan fumar sin restricciones en los lugares vinculados a la cita.
Ese encuentro anual incluye una feria comercial, visitas a plantaciones y fábricas de habanos y un ciclo de conferencias teóricas sobre el tema. Tampoco en esta ocasión faltará la subasta de humidores (cajas climatizadas para puros) firmados por Castro, según los organizadores del festival.
El monto de lo que se recauda cada año por ese concepto se dedica a programas de salud. En la cita de 2005 se obtuvieron más de 700.000 dólares. Los anfitriones de la fiesta comercial del humo esperan recibir en esta oportunidad a entre 1.300 y 1.500 participantes.
Fidel Castro, quien convalece de una delicada y compleja intervención quirúrgica abdominal desde fines de julio, estuvo presente hasta 2004 en las cenas de gala de los festivales. En sus breves declaraciones a IPS, Girón evitó comentarios al respecto. El mandatario cubano dejó de fumar a mediados de los años 80.
Este país caribeño tiene más de una treintena de marcas de puros, de las cuales 27 corresponden al torcido a mano y cinco al fabricado con máquinas. Once marcas concentran el mayor volumen de ventas de puros, entre ellas Cohiba, Bolívar, Montecristo, Partagás, Hoyos de Monterrey y H.Upmann.
Cuba exporta unos 150 millones de puros Premium (confeccionados a mano) al año, de los 400 millones de unidades que se venden de este tabaco en el mundo en ese lapso. La cifra que comercializa la isla equivale a 80 por ciento del total mundial, si se excluye a Estados Unidos, el mayor consumidor de esos puros.