La multa que impuso un tribunal venezolano al diario opositor Tal Cual y al humorista Laureano Márquez por referirse a una hija de nueve años de edad del presidente Hugo Chávez, ahonda el debate sobre la libre expresión, pero no abre otro: el de los derechos infantiles.
Tal Cual y su colaborador Márquez iniciaron colectas públicas este jueves para saldar la multa, que en el caso del diario asciende a 18.600 dólares, 10,5 veces el salario mensual más alto de su nómina, en tanto el monto que deberá pagar el humorista aún no se ha precisado.
La jueza Holanda Dam, del Tribunal de Protección del Niño y el Adolescente del occidental estado de Lara, donde reside la niña con su madre Marisabel Rodríguez, impuso el martes el castigo por "infringir la protección debida sobre el derecho al honor, la reputación y la vida privada" de la cuarta hija del mandatario.
"Esto es claramente un atentado contra la libertad de expresión y un mensaje con destino, dirigido a los medios impresos: ahora por cualquier tontería te puede caer una multa, y se induce a la autocensura, pero no nos callarán y la sociedad responderá", dijo al anunciar la colecta el director de Tal Cual, Teodoro Petkoff, un antiguo líder socialista.
Después de que el gobierno decidió no renovar la concesión a la televisora privada Radio Caracas TV, de línea opositora, "ahora se arremete contra medios impresos", según Petkoff, para quien el presidente "se vale de la figura del ultraje al nombre de su pequeña hija para atacar por vía judicial a este vespertino", editado en Caracas.
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Las corrientes alineadas a favor y en contra del presidente han chocado desde que Chávez anunció en diciembre la medida contra Radio Caracas TV, acusándola de apoyar el golpe de Estado en su contra en 2002, lo que despertó también críticas de organismos internacionales defensores de la libertad de prensa.
El origen del pleito con Tal Cual está en un artículo publicado en noviembre de 2005, en forma de carta que Márquez dirigió a la hija del presidente pidiéndole que intercediera por los opositores ante su padre, en vista de su poder sobre el gobernante.
"Supe de tus preocupaciones por el caballo del Escudo Nacional mirando hacia atrás", comienza la misiva dirigida a "Querida ". Un tribunal prohibió luego a los medios de comunicación mencionar el nombre de la niña, aunque el mandatario lo hace en público.
La carta de Márquez apareció después de que Chávez relatara en televisión una conversación con su hija, en la que ésta le llamaba la atención sobre la dirección hacia la derecha y con la cabeza vuelta hacia atrás del caballo que figura en el Escudo Nacional.
El artículo fue "escrito en tono amable, no agresivo y nutrido con los comentarios del presidente", explicó el humorista, quien lo remató con bendiciones y deseos de felicidad para la niña, en tanto el diario lo ilustró con una versión del Escudo que en lugar del caballo mostraba una tortuga, mascota de la pequeña.
Chávez pidió a la Asamblea Nacional legislativa, cuyos 167 diputados son oficialistas pues la oposición boicoteó la elección parlamentaria de 2005, que modificase el Escudo para que el caballo mirase a la izquierda. El parlamento hizo el cambio en marzo de 2006.
Después del artículo de Márquez, el presidente se quejó públicamente de que "por ahí se han metido con mi hija", y entonces la fiscalía de Lara se querelló contra Tal Cual y el humorista por el artículo, lo que llevó al castigo de esta semana.
El estatal Consejo Nacional de Derechos del Niño y del Adolescente ha guardado silencio sobre el caso, y organizaciones no gubernamentales dedicadas a la infancia, como Cecodap (cuyo nombre original fue Centro Comunitario de Aprendizaje), fueron requeridas por IPS pero declinaron comentar el fallo.
Gregorio Salazar, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, dijo a IPS que la sentencia "es un atropello brutal, una manipulación evidente de la justicia, mientras que el gobierno proclama a los cuatro vientos que la libertad de expresión más amplia del planeta es la de Venezuela".
"Después de más de 800 agresiones contra medios y periodistas en pocos años, después de que los medios críticos son presionados y amenazados de cierre, después de que periodistas son objeto de persecución judicial, ¿de cuál libertad de expresión estamos hablando?", se preguntó Salazar.
Levy Benshimol, presidente del Colegio Nacional de Periodistas, dijo que la sentencia "limita e intimida a los comunicadores sociales en el ejercicio de sus funciones".
En la acera oficialista, Desirée Santos, vicepresidenta del parlamento y directiva del Colegio de Periodistas en Caracas, opinó que "a lo mejor esa decisión del juzgado se extralimita, pero creo que es bueno que hagamos un examen de conciencia desde el punto de vista de lo que debe ser el trato hacia los niños".
Otro diputado y ex dirigente de los periodistas, Earle Herrera, dijo estar "en desacuerdo con la sentencia, pero también con el uso del nombre de una niña sin autorización de sus padres. Es incorrecto como lo ha utilizado Tal Cual".
La ley de protección del niño y el adolescente establece que todos los menores de 18 años "tienen derecho al honor, reputación y propia imagen. Asimismo tienen derecho a la vida privada e intimidad de la vida familiar".
También prohíbe "exponer o divulgar, a través de cualquier medio, la imagen de los niños y adolescentes contra su voluntad o la de sus padres, representantes o responsables", así como exponer datos e imágenes que lesionen su honor y reputación.
Esa fue la norma infringida por Tal Cual y Márquez, según el dictamen de la jueza Dam, aunque los comunicadores insisten en que sus informaciones y opiniones se originan en el uso público que el propio presidente dio a las conversaciones con su hija.
El artículo "se nutre de una situación puesta en debate por el presidente", dijo Márquez, pero aclaró en rueda de prensa que "no estamos aquí para defendernos, sino para defender la posibilidad de expresar el disenso, porque lo que hay detrás de esto es un deseo de amedrentar a los medios y a los humoristas", recalcó.
En enero, Chávez utilizó de nuevo ante la televisión el relato de una conversación con su hija y una nieta para deplorar que al cabo de unos pocos años de estudios primarios los niños conocen los nombres de los barcos del navegante europeo Cristóbal Colón, pero no los del precursor de la independencia nacional, Francisco de Miranda.