El izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), que estuvo a un tris de ganar la presidencia de México, «ya no me interesa para nada», pues exuda «un analfabetismo moral impresionante», dijo el escritor Carlos Monsiváis.
En entrevista con IPS, el escritor y periodista se declaró decepcionado del PRD, del cual había tomado distancia hace unos meses y cuyo líder Andrés López Obrador perdió los comicios presidenciales de julio ante el actual mandatario, el conservador Felipe Calderón.
Monsiváis acusa al PRD de apoyar candidaturas a diputados y gobernadores ajenas a su ideario y de mantener posiciones "retrógradas", como respaldar al presidente de Cuba, Fidel Castro, y simpatizar con el mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, que a su entender no son demócratas ni representan a la izquierda.
Sobre la reunión del Consejo Nacional del PRD celebrada el sábado y el domingo por primera vez desde la derrota electoral de julio, Monsiváis manifestó desinterés.
Lo que ha hecho "la dirigencia del PRD" es dilapidar el gran capital político logrado por López Obrador en las elecciones, sostuvo este mordaz crítico de las posiciones conservadoras en cualquier ámbito de la vida pública.
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"Voté por el PRD, pero ya nunca lo volveré a hacer", aseguró el escritor, a quien le fue otorgado en septiembre el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo por ser "autor de una obra deslumbrante que ha sabido combinar con maestría el rigor crítico con la lucidez de una mirada capaz de interpretar en cada elemento de la realidad que registra".
Según encuestas, la izquierda representada por el PRD despierta el rechazo de la mayoría de entrevistados, luego de haber obtenido la mejor votación de su historia y quedar apenas a medio punto porcentual de ganar la presidencia del país.
Esa caída parece vincularse a su fallido esfuerzo por probar que los comicios fueron fraudulentos y a las movilizaciones con que respaldó la campaña para conseguir un recuento completo de los votos, no concedido por los jueces electorales.
Para Monsiváis, nacido en 1938, la reunión del Consejo Nacional del PRD tuvo el fin de buscar una forma "de quedarse con lo que queda" del apoyo recibido por López Obrador en julio.
El encuentro expuso las disputas entre las corrientes del PRD, algunas de las cuales ven al ex candidato presidencial como un lastre del que deben deshacerse, mientras otras lo consideran su principal activo.
En los últimos meses, López Obrador parece haber tomado distancia de su partido para concentrarse en impulsar la Convención Nacional Democrática, movimiento social que va más allá de la estructura del PRD.
No obstante, su grado de influencia en el partido parece mantenerse.
"El santo patrón (López Obrador)" ordenó que la dirigencia del PRD apoyara la candidatura de Ana Payán a la gobernación de Yucatán, pero después se retractó, y algunos dirigentes siguieron su instrucción sin cuestionarla, afirmó el secretario del partido, Gudalupe Acosta, al quejarse de la influencia del ex candidato presidencial.
Monsiváis manifestó su decepción con el PRD por haber pensado en postular a Payán a la gobernación de Yucatán, estado del Golfo de México que celebrará sus elecciones el 20 de mayo.
Payán, quien renunció menos de dos meses atrás al conservador y gobernante Partido Acción Nacional (PAN), es considerada una dirigente de ultraderecha.
Pero la presidencia del PRD le ofreció la candidatura de la colectividad, plan que finalmente naufragó ante la oposición de la mayoría de los dirigentes del partido.
La propuesta a Payán refuerza la noción de que la cúpula del PRD "padece de un severo analfabetismo moral" y que en la búsqueda del poder está dispuesta a sacrificar proyectos, idearios y electores, opinó Monsiváis.
En la última campaña electoral nacional, ingresaron al PRD varios de sus antiguos enemigos, vinculados al ex gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), algunos de los cuales fueron inclusive postulados y elegidos gobernadores y legisladores por la izquierda.
El PRD fue fundado en 1989 por políticos que se apartaron del PRI, fuerza hegemónica en México entre 1929 y 2000, y por representantes de diferentes movimientos y partidos reformistas, socialistas y comunistas.
El ex coordinador de la campaña presidencial de López Obrador y dirigente de la corriente más fuerte dentro del PRD, Izquierda Democrática, Jesús Ortega, reconoció que su partido requiere una refundación urgente.
Con esa idea, los máximos consejeros acordaron que en agosto realizarán un encuentro nacional con sus militantes.
En el PRD hay "propuestas de los años 30 y 40, y aun del siglo antepasado", por lo que es necesario vencer "a los espíritus conservadores" que lo habitan, declaró Ortega, quien promueve negociar con las demás fuerzas políticas y respetar las instituciones y al presidente Calderón.
López Obrador va por otra línea. El ex candidato y ex alcalde de la capital insiste en que la izquierda no debe negociar con el gobierno "ilegítimo" ni con el "pelele", como llama a Calderón.
A juicio de Monsiváis, López Obrador tiene su "cuota de responsabilidad" en la crisis actual del PRD, pero no lo considera parte de la burocracia de ese partido ahora atacado de "analfabetismo moral".
"López Obrador representa la izquierda en las calles, mientras el PRD ya es otra cosa", puntualizó.
Monsiváis vaticina que si la Convención Nacional Democrática —que aspira a ser un movimiento promotor de cambios institucionales— no logra deslindarse de la influencia del PRD, naufragará entre "golpes bajos y traiciones".