Los países ricos que prestaron miles de millones de dólares a regímenes a los que sabían corruptos y dictatoriales deberían cancelar esa deuda «irresponsable», según expertos y activistas de las siete naciones más poderosas del mundo.
"Los acreedores tienen gran parte de la responsabilidad por haber extendido préstamos de modo irresponsable y negligente", indica el informe titulado "Skeletons in the Cupboard: Illegitimate Debt Claims of the G-7" ("Esqueletos en el armario: Los alegatos de deuda ilegítima del G-7")
Las organizaciones que realizaron el estudio proceden, precisamente, de los países del G-7 (Grupo de los Siete), los más industrializados del mundo: Alemania, , Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón.
El informe indica que gobiernos e instituciones financieras del G-7 prestaron dinero a regímenes a los que sabían corruptos o represores, para comprar su lealtad política.
Las organizaciones no gubernamentales que participaron en la elaboración del reporte creen que el énfasis que hoy pone el G-7 en la transparencia carece de seriedad, pues los países del grupo aún se niegan a aplicar ese mismo criterio al análisis de sus pasadas prácticas de asisencia.
"Los acreedores tienen que responsabilizarse por las malas decisiones que tomaron y compartir las culpas", opinó Gail Hurley, de la organización internacional de expertos en deuda externa Eurodad.
"No es aceptable que el G-7 predique la gobernanza de las naciones en desarrollo mientras recolecta deudas contraídas de modo corrupto", dijo Hurley.
Se refería a los gobiernos de naciones industrializadas que en los últimos años ubicaron la lucha contra la corrupción al tope de sus agendas de asistencia al exterior, con la intención de asegurarse de que el dinero de sus contribuyentes sea bien gastado, y no derrochado por elites corruptas del Sur.
Entre otras organizaciones participantes del informe difundido el día 8 figuran la italiana CRBM, la alemana Erlassjahr, la japonesa PARC, la francesa Plateforme Dette et Développement, la británica Jubilee Debt Campaign, la estadounidense Jubilee USA y la canadiense Probe International.
Según el informe, algunos de estos préstamos fueron establecidos para ayudar a empresas de los países ricos a hacer negocios en el exterior y que, en muchos de estos casos, fueron concedidos con intereses excesivos.
"El desarrollo nunca fue su propósito original", asegura el texto.
El estudio subraya casos de ventas innecesarias de bienes o servicios, así como de equipamiento militar y armas a regímenes autoritarios notorios por su corrupción y sus violaciones de derechos humanos.
También constata flagrantes sobrecostos, intereses extorsivos y proyectos con enormes impactos negativos sobre la sociedad y el ambiente.
Por ejemplo, el informe cita el caso de la venta de buques de guerra de Alemania a Indonesia durante el régimen de Alí Suharto (1967-1998), a pesar del temor a que las naves pudieran ser usadas en conflictos internos.
Japón también apoyó el desarrollo de la industria del aluminio en Indonesia, un proyecto que benefició a los exportadores japoneses pero nada a los indonesios, según el informe.
La central nuclear de Bataan, construida por el ex dictador filipino Ferdinando Marcos (que gobernó entre 1965 y 1986), fue financiada por el Banco de Comercio Exterior (ExImBank), una agencia del gobierno estadounidense que concedió préstamos y garantías por un total de 900 millones de dólares para el proyecto.
El pueblo filipino continúa pagando esta deuda y se prevé que siga haciéndolo hasta 2018, aunque nunca recibió ni un solo vatio de electricidad de la central, cuya obra insumió más de 2.300 millones de dólares.
Italia vendió tres turbinas hidroeléctricas a Ecuador cuando se necesitaban solamente dos, a pesar de que la evidencia señalaba que la represa hidroeléctrica a la que iban destinados era inviable y que destruiría, como lo hizo, el ambiente y las comunidades de la zona.
En octubre, Noruega decidió cancelar 80 millones de dólares en deudas de Ecuador, Egipto, Jamaica, Perú y Sierra Leona, luego de determinar que los préstamos no fueron concedidos en un esfuerzo de buena fe para promover el desarrollo.
Activistas contra la deuda quieren que la decisión de Noruega sirva como modelo para otros acreedores ricos, a fin de eliminar la crisis global de la deuda que afecta a muchas naciones en desarrollo.
El informe sugiere que los países del G-7 abran auditorías oficiales e imparciales, y que las recomendaciones de la investigación sean hechas públicas, involucren plenamente a naciones deudoras y "conduzcan a la cancelación de deudas detestables o ilegítimas".
El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que la deuda externa pública de los 54 países de menores ingresos, cuyo producto interno bruto (PIB) por persona es inferior a 860 dólares anuales, se ubica en unos 460.000 millones de dólares.
Ese grupo de países incluye a Afganistán, Bangladesh, Birmania, Etiopía, Gambia, Gana, Kenia, Nepal, Níger, Nigeria, Senegal, Uzbekistán, Vietnam, Yemen y Zambia.
"Las deudas que se encuentre corruptas, fraudulentas e ilegítimas deben ser canceladas, y la responsabilidad debe ser compartida por las dos partes", dijo Hurley.
Las naciones ricas, especialmente en el poderoso grupo de acreedores bilaterales conocido como el Club de París, así como prestamistas multilaterales como el Banco Mundial y el FMI, se negaron durante mucho tiempo a promover la deuda ilegítima de gobiernos corruptos o políticas fallidas en países en desarrollo. ***** +CORRUPCIÓN: Banco Mundial considera controles más severos (https://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=37693) +Informe "Esqueletos en el armario", en inglés (http://www.eurodad.org/articles/default.aspx?id=3D760) +Banco Mundial (http://www.bancomundial.org/) +Fondo Monetario Internacional (http://www.imf.org/external/esl/index.asp) (FIN/IPS/traen-js-mj/em/ks/wd if ip cs dv md/07)